De Gianmarcos, Guerreros y otros demonios ...
A nadie le puede caber la menor duda de que hay un cierto placer en mandar a alguien al mero carajo en cuestión de segundos y sin anestecia. Es raro, sí, tener la total convicción de hacerlo sabiendo que eso te puede traer más de un problema, pero vivir el momento al límite quizás sea lo que nos impulsa a lograr esa conglomeración de sensaciones negativas y decirle a aquella persona que tanto te jode que se vaya a la porra, con la clara intención de salir victoriosos en la siempre sucia batalla de la agresividad.
Durante las últimas dos semanas pudimos ver dos casos puntuales sobre personas famosas (o "personas públicas", como se dice), haciendo uso de todas sus mañas piconas y zafar de responsabilidades que ellos creían insostenibles. Pero eso no es todo, mientras uno de ellos fue sevéramente multado, el otro sigue gozando de la atención de su público, aunque los que ya lo tenían marcado como "sobrado" simplemente se convencieron y ahora están más seguros que nunca que no estaban en el error.
Empecemos por hablar de nuestro "pelado" querido. Gianmarco Zignago es un compositor y cantante que se ganó el respeto del público peruano cuando comenzó con esa adolescente vocecita cantando en programas del medio día. En aquel entonces lucía una cabellera al menos existente y gozaba de la fama que sus padres, Regina Alcóver y Joe Danova, le heredaran. El tipo tenía talento, nadie dudaba que su voz era contagiosa y ese "Domitila" por más que musicalmente haya sido un verdadero desastre, fue el hit de todo aquel año 1990.
De ahí en adelante hizo lo que todo artista con sus medios económicos e influencias hubiese hecho, hacer muchos discos, algunos de ellos tuvieron gran aceptación entre la fanaticada peruana, compuesta sobre todo por mujeres. Gianmarco se había convertido en nuestro cantante romántico por excelencia; hasta ahí todo bien, y créanme que cualquiera hubiera caído en sus encantos, ya que siempre se mostraba optimista, contento y sobre todo humilde.
Pero todo esto cambiaría cuando "el pelado" conquistó el mercado gringo. Logró aliarce con Emilio Estefan, quien no necesita mayor descripción, y empezó a componer para los cantantes pop más famosos de Latinoamérica; posteriormente sacó sus propios discos, los cuales tuvieron una gran acogida y fue así como finalmente alcanzó el éxito soñado por cualquier músico: vivir, absolutamente y con lujos, de la música. Sin embargo, además de su nivel de vida, algo más iba cambiando. El músico iba ganando fans en todos los países del mundo, pero en el Perú iban disminuyendo. Ya no era el mismo Gianmarco cercano al cual se le podía ver cualquier viernes en 'La Estación' de Barranco. Ahora era un cantante muy cotizado, el cual vendría al Perú sólo de vez en cuando, y obviamente sus conciertos estarían más caros. Luego llegó lo inevitable, las fans comenzaron a decepcionarse de él al notar que ya no era el mismo pelado chonguero que decía haber dormido en parques y vender juguetes, ahora era un tipo que andaba con guardaespaldas y que a duras penas podía darle un buen recuerdo a alguna seguidora, ya que siempre se mostraba iracible, serio y apurado. Así es pues, la fama te puede cambiar. Pero eso sí, una cosa es guardar tu distancia con las fans peruanas (de hecho ya no le son tan rentables) pero otra muy distinta es decir que los que no gusten de su música se pueden ir al carajo.
Esto sucedió en un Pub en Los Ángeles, cuando el cantante, extráñamente inquieto, comenzó su show alterado al ver de que algunas mesas no le prestaban mayor atención. Esto hizo que Gianmarco reclamara a dichas personas que se concentren en lo que él estaba haciendo. Es decir, "yo soy Gianmarco y cuando yo canto todos se callan". Allá debe de haber personas que no lo han escuchado nunca en sus vidas, y que sólo fueron al pub con la consigna de tomarse unas cervezas y relajarse, mas no necesariamente porque estaban interesados en escucharlo. Esto no lo soportó Gianmarco y por eso reaccionó así; lo peor del caso es que no dejó de increpar a aquellas personas que se iban dedicando a otras labores mientras nuestro compatriota trataba de tocar una que otra canción con su guitarra. El éxtasis de su ira fue decirle a esas personas que si no querían escucharlo "se pueden ir al carajo". Ante el aplauso de sus fans y la incertidumbre de los demás, Gianmarco siguió una presentación para el olvido, sobre todo porque las imágenes fueron difundidas por la reina del chisme, Magaly Medina.
Podríamos decir que "el pelado" se enterró por completo. Un gran sector de sus seguidores se han mostrado decepcionados, aunque siempre estarán los incondicionales. Pero lo triste del caso es que los peruanos somos recontra piñas. ¿Por qué?, porque son pocas las veces que podemos ir al extranjero y escuchar buenos comentarios sobre el nivel artístico de nuestros compatriotas (hablando estríctamente de lo musical, por supuesto); por ejemplo si un argentino llega a Lima y conversa conmigo de hecho llegaríamos a hablar de música, quizás le mencione mi afición a las composiciones de Luís Alberto Spinetta, y por más que aquel turista no sepa mucho de su talentoso compatriota lo más probable es que hinche el pecho de orgullo por el hecho de saber que otros argentinos dejan muy en alto la calidad musical de ese país.
¿Los peruanos no tenemos talento?, claro que lo tenemos, y Gianmarco es una prueba de eso, y por eso digo que somos "piñas", ya que si algún día salgo de el país será poco probable que hable de música, sabiendo que, o bien me dicen que no conocen a ningún peruano famoso, o bien me dicen que el único famoso que conocen es al "pelado", pero que más es famoso por su arrogante actitud que por su talento para componer y cantar. A sus seguidores les dejo la última palabra, pero por mí, que se vaya ÉL al carajo. No necesitamos personas que se crean más que el resto sólo porque han hecho fama y dinero; necesitamos más bien gente que desborde grandeza de alma, y para eso no hay mejor fórmula que la humildad.
En cuanto al caso Guerrero pues yo lo veo menos reprochable. Estamos hablando de un jugador que tiene enormes frustraciones encima; una de ellas es haber pasado de ser el jugador más querido de la 'blanquirroja' a ser el más odiado, arrastrado por la peor campaña eliminatoria de la historia de nuestro fútbol, y obviamente supeditado al más terrible régimen que haya pasado por la FPF. Su único respaldo era la hinchada germana, la cual siempre lo apoyó, sin embargo su última y larga lesión lo mantuvo fuera de las canchas por mucho tiempo y los aficionados del Hamburgo aún no ven recomendable que el entrenador lo considere para partidos oficiales. El DT confió en él y le dio oportunidades tanto en la Bundesliga como en la Europa League, y pese a que no está en su mejor nivel me parece que mal no lo hizo. El problema es que el club de las hamburguesas se está jugando mucho y la intolerancia es comprensible. Y digamos que hasta acá la reseña está simple de entender, pero todo cambió cuando acabado un partido un hincha no se aguantó y le gritó algunas cositas dolorosas a 'Paolín'. Yo no sé nada de alemán así que no he podido corroborar esas frases, pero se dice que en resumen le dijo: "si vas a venir del Perú para jugar así, mejor quédate allá (...)" y claro, eso ya viene con sus adornos.
La respuesta de Guerrero no se hizo esperar y él también le gritó algunas cosas, hasta que la desesperación sumada a la frustración le jugaron una mala pasada al '9', y en un arranque de ira le lanzó al hincha, con olímpica precisión, una botella que al parecer estaba llena de agua. El objeto le impactó en el rostro de manera directa y los demás hinchas no lo podían creer, era Guerrero, era su goleador, su ex-engreido. Otros jugadores supieron controlar al peruano y se lo llevaron al camerino, donde seguramente el entrenador, al enterarse de lo ocurrido, le habrá dicho sus cuatro verdades. A pesar de que ese mismo lunes pidió disculpas públicamente el club Hamburgo sancionó a Paolo con una multa cuyas cifras no han sido reveladas, pero que se especula sería aproximadamente cién mil dólares. Además de eso la Comisión Disciplinaria de la Bundesliga sancionó al jugador con 5 fechas de suspensión.
Es triste ver la forma cómo nuestros compatriotas manchan sus carreras sin pensar en las consecuencias, ellos no son modelos a seguir, pero eso no quiere decir que deban zafar de la responsabilidad de contribuir al "cambio de cara" urgente que requiere nuestro país. La sanción a Guerrero fue ejemplar, pero, ¿quién o qué organismo podría sancionar a Gianmarco?, la respuesta creo que la tienen las fans o los posibles seguidores que el músico haya tenido.
Pero al margen de lo que suceda con los dos implicados, ¿qué tantos placeres encerrará el hecho de mandar al carajo?, les pido que me ayuden a contestar esa pregunta, por mi lado a veces, sólo a veces, me dan ganas de hacerlo con gente que critica sin bases mis procederes, pero luego trato de extraer lo positivo de esa crítica sin descuidar el hecho de que esas personas sean blanco fijo de alguna mandada al carajo alguna vez.
Los trato de poner en una suerte de lista negra, aunque, sinceramente y para suerte de algunos, nunca la reviso. Y a ustedes, ¿qué les parece mandar al carajo?
Que pena lo de Gianmarco, a mi novia le encantaba pero después de esto! si pues, como dices que se vaya al carajo XD.
ResponderEliminarSlds
Henry, gracias por leer el Blog. Sí pues, a mí me da harta pena pero bueno, creo que el tipo hace tiempo estaba con aires de divo. Por cierto, ¿eres el mismo Henry del Blog 'Sangre Azul'?
ResponderEliminarUn abrazo.
En mi opinión y sin ánimo de juzgar a nadie, lo de Gianmarco es menos grave que lo de Paolo. Por una sencilla razón, la reacción de Paolo Guerrero es un acto delictuoso que puso en peligro la integridad física de una persona, que gracias a Dios no tuvo graves consecuencias en las que el jugador pudo haber terminado preso. En cambio lo de Gianmarco es un arrebato que solo lo daña a él, malogrando su imagen y poniendo al descubierto su tremenda soberbia.
ResponderEliminarDefinitivamente, la fama tiene un precio, el casi no tener vida privada y el cuidado especial de todos los movimientos que el famoso hace. Por eso los que no tenemos fama podemos sentir el placer de mandar al carajo, porsupuesto si la situación lo amerita. Y la verdad se siente rico.
Jaja, sí, de verdad se siente muy pero muy rico. Saludos, José Marcos.
ResponderEliminarNo mames lo que le paso a GianMarco si es para encabronarse, el va a trabajar y si la gente no le pone atencion entonces para que chingaos van, si vas a un concierto es para escuchar la musica, para eso pagas un boleto, yo no soy peruano pero si defiendo a este cantautor que esta en su derecho de molestarse y mandar al carajo al que no le haga caso en su concierto
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