Mi eterno drama con las fechas

¿Qué?, ¿ya pasó?

Este es un post de apologías; quiero pedirles disculpas mediante este texto a todas aquellas personas que, transcurriendo fechas importantes, no recibieron ni una llamada, ni un correo electrónico, ni ningún tipo de felicitación de parte mía. No se equivoquen, no es que considere que mi llamada les pueda cambiar el día, o que la hayan estado esperando con ansias. Sería muy egocéntrico de mi parte pensar que sus vidas se cayeron a un hoyo sólo porque no recordé sus fechas. Pido disculpas porque, a diferencia de mí, la mayoría de las personas a las que me refiero siempre se acuerdan de mis fechas especiales; llámese cumpleaños, aniversarios, o eventos en los cuales participo. Sea de quien sea siempre recibo una llamada o mensaje haciéndome saber que dentro de todo lo antipático que puedo ser por alguna razón hay personas preocupadas por mí. Pero yo no pues, soy tan descuidado, digamos, tan poco caballero, que se me pasan las fechas ensimismado en mis cosas, y cuando reacciono ya es demasiado tarde.

Sin más preámbulos pasaré a nombrar a aquellas personas a las cuales decepcioné más de una vez por no acordarme de sus cumpleaños, o fechas conmemorativas; ojo, no considero, necesariamente, en esta lista la importancia de estas personas en mi vida, sólo considero lo fallido que fui con ellas y pediré las disculpas que merecen.

A Pablo, mi futuro compañero de viaje: Flaco, discúlpame, tu cumple fue ayer y yo estaba metido en una azotea ensayando con una orquesta. Marvin me hizo acordar de tu cumple varias veces, al extremo de llamarme y decirme que estuvieron un rato juntos tomándose unos tragos, pero ni con eso me acordé. Reitero mis disculpas, serás compensado.

Al mismo Marvin: a veces te asabas porque siempre te preguntaba cuándo era tu cumple. Finalmente me lo olvidé varios años, pero quizás seas la persona a la que más veces he saludado en fechas precisas. Igual te pido disculpas.

A mi ex enamorada, Leidy: “Lilo”, hoy estoy ‘feeling’, y me he acordado de las muchas veces que no recordaba nuestro aniversario, sé que no tiene mucho sentido ahora y que no lees el blog, pero igual te pido disculpas por esos malos ratos en los cuales reaccionabas mal, totalmente justificado.

A Helen, una amiga casi perdida. Siempre tengo en la cabeza que tu cumpleaños es en el mismo día que el de Pablo, pero al no recordar el de él, tampoco recuerdo el tuyo, aún así siempre fui conchudo e iba a tus reuniones a comerme la comida de tu tía. Por favor, discúlpame, espero verte pronto.

A Cristina; chata, por más que ya estemos totalmente perdidos, quiero pedirte disculpas por no recordar tu último cumple, aun cuando fue justo en tu cumple del 2008 cuando pasé una de mis últimas “súpernoches” memorables; soy realmente malagradecido, discúlpame.

A Perrin; siempre considero que tu cumple está entre Navidad y Año Nuevo, pero nunca le atino, cuando reacciono ya estás con la resaca; en cambio tú sí me das cátedra de atenciones con los patas; mis más sinceras disculpas.

A Ernest; querido “Jack”, no sé si me perdonarás por esto, pero tú eres una de las personas de las cuales no tengo idea de cuándo es su cumpleaños; ni siquiera recuerdo el mes, menos el día. De repente es porque parece que todos los días son tu cumple, ya que siempre andas celebrando. Igual te pido disculpas.

A Andrés; chato, tu caso es muy similar al de Ernest, pero eso agrava mi roche contigo, porque ya es clásico que en tus cumpleaños la pasemos bomba en tu casa. Podría decir que toda la universidad tiene separada esa fecha, pero yo no sé cual es. Discúlpame, tío.

A Pepe; si no fuera por mi vieja no me enteraba que tu cumple está próximo, te soy así de sincero, hermano. Dice que te hará un almuerzo aquí, te espero en quincena entonces, pero disculpas de antemano, Pecoso, porque lo más probable es que no te llame temprano.

A Zoraida; me tengo merecido que me mentes la madre cuando mis cumples pasan y no tienes ninguna foto conmigo, porque soy tan descuidado contigo que no sólo no te saludo en tus fechas sino que además no llego a avisarte de las reuniones que hago en mi casa. Discúlpame, flaca. (Méntala nomás, mi mamá no lee el blog)

A otra ex, Angélica; “Giegie” ya ha pasado tiempo, y lamento mucho haberme olvidado de tus fechas importantes, no lo digo por tu cumple, ni por nuestro único aniversario (en realidad fue “mesario”), sino por tus “días rojos”, los cuales sufrieron una extraña variación, lo cual te asustó; felizmente no pasó a mayores, por mí, por ti y por él. De todas maneras disculpas a la distancia.

A mi viejo, Homero; sería el colmo que me olvide de tu cumpleaños cuando tienes 27 años viviendo conmigo, pero créeme que me acuerdo con las justas. Lo que sí suelo olvidar son tus otras fechas especiales, aquellas que conmemoran tu limpieza de alma. Disculpa por eso y por lo que vendrá.

A mi última ex, Carolina; Negra, recuerdo clarito que cuando cumplimos el primer mes yo estaba seguro de que era 9, tú me decías que era 8, la verdad es que tanteé y casi le atino, los demás meses tuve que tener más cuidado; pero igual te pido disculpas por eso, ah, y porque también se me iba a veces tu cumple y el de Lu.

A ver, quién más me falta, creo que muchas personas más, pero mencionar a todos sería infrahumano para mis dedos.

En general pido disculpas totales por las atrocidades mencionadas atrás, si a partir de la fecha nadie me llama o escribe en fechas especiales juro que no me resentiré, es más, de repente me sirve para valorarlos aún más. Pero eso sí, prometo cambiar ese horrible defecto que tantos problemas me ha causado durante tantos años. Y prometo también tenerme paciencia. Por lo pronto he dado un gran paso, estoy recurriendo al Hi5 para sacar las fechas de las personas que más me importan; y las estoy apuntando en la agenda de mi celular, si con eso no la hago, simplemente merezco la soledad eterna. Asimismo exhorto a mis pocos pero amados lectores a, de ser necesario, jalarme las orejas públicamente mediante este blog, ya saben sus comentarios serán publicados tal y como me los manden, sin importar palabras soeces.

Ustedes juzguen.