Por fin se casó, al fin moriremos
Aunque parezcan dos temas brutalmente separados ambos han sido mi pan y vino del fin de semana. El viernes fue un día histórico para mí. Finalmente llegó el día en el que el engendro que más gustos y disgustos me ha dado en la vida, elegiría a un hombre que, supuestamente, tendría que acompañarla hasta el final de sus abriles. Aún recuerdo cuando éramos chicos y peleábamos ferozmente por el control remoto; aún recuerdo cuando me acusaba con mi mamá; aún recuerdo cuando me defendía de los abusivos del colegio en primaria (créanme que no me avergüenza decir que me ha salvado de varias palizas con su deslumbrante malcriadez); aún recuerdo cuando iba creciendo y no encontró al típico hermano mayor que la celara; hasta que por fin el día llegó, me dijo que estaba embarazada, ya me las olía, pero igual fue una grata sorpresa. Meses después me anunció que se casaría y que después de pensarlo bastante me reservó una invitación, no conforme con eso me hizo ser testigo, para que no haya opción a faltar; vaya que me conoce.
Mi hermana menor se casó, se me adelantó. Quizás gran parte de la familia pensaría que yo iba a ser el primero. Claro, el hermano mayor, siempre voceado como el “más responsable”, “el correcto”, “el más estudioso”, “el universitario”. Se equivocaron, y creo que se enteraron de eso cuando presenciaron mi actual apariencia de pajero hippie y desenfadado. Sí, señores, la soltería es mi destino, y cada vez más convencido de eso sólo me queda felicitar a Miguel y a Rocío, los flamantes esposos. ¡¿Qué Sachi ni que ocho cuartos?! Esta boda tuvo mucho más sabor que la unión entre un nazi caleta y una china desabrida que asolapa con brillantez los políticos objetivos de su padre preso. La fiesta de los Pflucker Ravelo fue a todo dar, no vi pomposidad pero vi intensidad en cada cosa que se hizo, desde los preparativos, hasta la limpieza de la sala de mi abuela, pasando por las normales discusiones ocasionadas por el estrés, el no tener el dinero que se quiere para hacer lo que se desea, pero luchar contra eso y salir airoso es digno de un buen reconocimiento. Yo por mi lado no ayudé en nada sino hasta hoy, cuando cansado regresaba a casa después de ver a Alianza Lima en el Callao. Y justo estaban por bajar los muebles que habían subido al segundo piso para que haya más espacio. Ya pues, algo tenía que hacer. Por lo demás fui un espectador de lujo de todo el trabajo y tensión que implica realizar una boda, algo que además hizo que mi decisión con respecto a la soltería tome más fuerza.
Pero mientras me sumergía en olas de cerveza y vino, y me regodeaba coquetamente con danzas y piruetas escandalosas; la Tierra iba dando, una vez más, cátedras de verdadero poder. Esta vez la víctima fue un pueblo que hace ya mucho tiempo goza de una supremacía bien ganada en cuanto a lo económico y cultural. Un pueblo que tiene una muy remota rivalidad con el nuestro, pero que demostró que aún siendo tan poderoso, puede sucumbir ante un desastre natural, eso que sólo la Tierra sabe hacer y vaya que lo hace bien. Chile es por excelencia el país del progreso. Ha sabido llevar con orden una organización basada en absoluta seriedad, con un procedimiento claro que, bien llevado por sus presidentes (cada uno con sus defectos, claro está), ha logrado hacer que la nación mapochina sea la más respetada y prominente de Sudamérica. No son casualidades todas las metas cumplidas por los chilenos. Desde su expansión comercial (Ripley, Saga, y casi todo lo que consumimos por aquí), hasta la clasificación al próximo mundial de fútbol, sin dejar de lado que nos ganaron en casi todas las batallas que hemos librado y que me perdone Grau, pero Chile nos hizo pedazos, y pudo incluso haber sido peor que llevarse un buque vetusto y obsoleto como “trofeo”.
Sin embargo ante la Tierra nadie puede. Nosotros siempre la andamos desafiando, nos creemos los líderes, los estandartes del universo, pero para ella no somos más que insectos molestosos que deben ser eliminados de vez en cuando, y aparentemente la Tierra ya se hartó de nosotros y nos está lanzando advertencias claras: “déjenme de joder o los saco de aquí”. Ella nos dio las condiciones necesarias para generar lo que ahora llamamos “vida” y a pesar de eso abusamos de sus recursos y cometemos atrocidades en su piel, la llenamos de desperdicio y contaminamos su aire, ¿qué harían si una plaga de garrapatas hace una enorme juerga en sus cabezas?, se sacuden, así de fácil. Eso es lo que la Tierra está haciendo. Lamentablemente la Tierra no distingue culpables, nos ve a todos como lo mismo, como quizás nosotros con las garrapatas, de repente hubo una u otra que habría dicho que no se hiciera la juerga, pero probablemente ellas hayan sido las primeras en morir. La justicia no es precisamente algo que tenga que ver con culpables. La justicia tiene que ver con la conciencia. Si seguimos pensando que los desastres naturales siempre han existido y son impredecibles esto nunca va a cambiar; si seguimos pensando que esto de todas maneras va a pasar, nos augura un triste final. Lo que debemos pensar es en qué estamos haciendo para que la Tierra trate de deshacerse de nosotros de esa forma tan inclemente. En algo estamos fallando, ¿no creen?
Hago un llamado a ustedes, mis pocos pero amados lectores, para que tomen conciencia de que esto no se trata de impredictibilidad natural, se trata de acción – reacción, un principio físico básico, tan básico que lo estudian chicos de 11 o 10 años; cada cosa que hagamos tiene una consecuencia, por más insignificante que parezca. Y les digo algo, a este paso decir que en el 2012 será el fin del mundo podría hasta resultar soberbio, si la Tierra lo desea desapareceremos mañana mismo. Si no entendemos eso dudo que las cosas tomen un mejor rumbo. Desde aquí toda la fuerza para Chile, al margen de rivalidades somos pueblos hermanos, seremos los “cholos” y ustedes los “gringos”, qué chucha, no me importa, porque al final somos todos humanos.
Y antes de despedirme, el último mensaje del post, felicidades a mi hermana y a su esposo por su matrimonio, espero que les vaya muy bien, y por nuestro lado es hora de que nosotros reconquistemos a una antigua esposa. La Tierra nos espera.
PD. Para Karla y Milo, que estén bien, no he olvidado que me deben una noche de ron.
Asi es, muy buena la fiesta y tambien deseo expresar
ResponderEliminarnuestra solidaridad a los hermanos de la República de Chile, por el catastrófico drama que viven por estas horas a causa del fuerte terremoto de la madrugada del ultimo sabado.
Al margen de las enomes pérdidas materiales, segun dicen las noticias recibidas; ha ocasionado muchas pérdidas de vidas humanas.
Enviamos a los hermanos chilenos, nuestras sentidas condolencias.