“Es mejor ser muerto que un número que viene y va” – Charly García
No es la primera vez que sorprendo a jefes y gerentes con decisiones desertoras. Ya me había sucedido en Interbank, aunque quizás era un secreto a voces el hecho de que me iría. ¿Es que tanto creen necesario a un sueldo?, ¿es que tanto creen en la robotización por necesidad?, yo aún no me veo así, es decir, no creo que un sueldo justifique un sufrimiento extremo, lleno de estupefacientes metalizados, a los que llaman “motivación económica”. Sé que puedo estar pecando de insolente, de seguro alguno podría estar esperando el momento crítico, aquel en el que diga finalmente, “sí pues, tenías razón, no se puede vivir sin trabajar así, en este sistema, sin ser un robot más, un títere engañado”, cosa que al final podría pasar para deleite de muchos. Pero por el momento la verdad es que no me interesa trabajar de esa forma. Sí, así de ‘alpinchista’ como suena. En el último banco donde laboré me negaron vacaciones más de una vez, sin pensar en que quizás las necesitaba, hoy que paso más tiempo con mi familia y conmigo mismo, podría decir que quizás en ese pequeño ápice de bondad, pudo haber estado el giro que la historia necesitaba, al menos para ser un poco alargada.
Hoy, que soy un verdadero “vago”, con todas sus letras, puedo decir que me siento mucho mejor.
Sobre mi forma de vivir a partir de hoy pues tampoco me preocupo. Sé que podría dedicarme a algo mejor, algo en lo que me vaya realmente bien, y en eso no incluyo como posesión primaria al dinero. No le niego importancia a ese factor, pero por alguna razón ya no lo veo tan básico. Quizás porque durante más de un año vi al dinero más que todo como parte de una infraestructura, y dejé de verlo como un órgano vital. Sigo pensando que el dinero no es causa, sino consecuencia, es algo que te va a caer a medida que seas requerido por gente, para hacer algo que haces bien. Paradójicamente nunca me sentí un buen bancario, y se me pagó sueldos durante casi 4 años por algo que hacía sin ganas. Pero eso ya cambió o al menos está en proceso de cambio.
Cabe resaltar que hay una estrecha, pero lamentable relación entre las pasiones y el sistema. A decir verdad, sería mezquino de mi parte despreciar tanto al dinero, ya que, de acuerdo o no, es por el dinero que he obtenido cosas que me encantan, y he vivido experiencias inolvidables; pero aún así, la relación me parece poco justa, aunque casi inevitable. Sin embargo si llegamos al origen de todo, hace dinero quien hace bien su trabajo, y hace bien su trabajo quien le encanta lo que hace. Partiendo de esa premisa yo ya estaba re-cagado, y en un camino evidentemente equivocado. Estamos en una sociedad donde lo que te gusta cuesta. ¿Quieres ir a un concierto?, paga. ¿Quieres un Nintendo Wii?, paga. ¿Quieres un disco original?, paga. Por último, dejemos de lado los gustos y vayamos a las necesidades. Te enfermaste, ¿y quieres vivir?, paga. Sino te mueres.
Hay varias formas de hacer plata. Si yo quisiera hacerme rico podría salir en este momento en un canal de espectáculos diciendo que desvirgué a Florcita Polo Díaz. Sería sencillamente un cague de risa, mis amigos me molestarían por algún tiempo no definido, pero sólo por la primicia cobraría al canal postor unos 3000 dólares, ¿Qué rico no?, y así de sencillo. ¿Se imaginan el titular en ‘El Chino’?, “GORDITO ELECTRICO SACO DE PITICLIN A FLORCITA”. Conmovedor, ¿no creen?
Con ese dinero podría poner un negocio, aguantar un año de burlas (y posibles persecuciones de Don Augusto) y luego aguardar el lindo momento en el que todos se olvidarán de mí. Seré un periódico de ayer, pero ya tendré mi negocio y tendré plata. ¿No es eso lo que todos quieren?, ¿plata?
La otra manera de hacer billete es haciendo lo que todos usualmente hacen: ser sometidos por un sueldo. No me vengan con palabrerías baratas. El que me diga que su jefe es “de la puta madre” o está siendo engañado, está engañando, o siente un amor incondicional por él; porque la cruda realidad es que en este país ser sometido significa ser esclavo. Las cadenas y grilletes han sido reemplazadas por pagos y subsistencia. Los negreros son ahora supervisores y jefes, los virreyes, gerentes, y los reyes los dueños. Pero a diferencia de aquellas épocas del virreinato ahora hay algo peor, los puñaleros. Yo no creo, y me la juego porque la verdad no he leído mucho sobre el tema, que haya habido esclavos que se maldigan a espaldas. Más bien siempre he sabido que estuvieron unidos por el mismo dolor hasta el final de sus días. O por último que resolvían sus diferencias como hombres. Pero ahora no. Ahora hay soplones. Aquellos que creen que hablando mal de ti podrán asegurar sus puestos o podrán acceder a un ascenso más pronto que tú. No importa si no das motivos, nadie es perfecto y ellos se agarran del mínimo error para enterrarte. Tu jefe, el que es “de la puta madre” apuntará en una agendita la información y al mínimo indicio te lo echará en cara, y te dará una dolorosa patada en el derrier.
¿A eso le llaman estabilidad?, ¿a eso le llaman felicidad?, ¿eso es para lo que uno estudia tanto tiempo?
¿Quieren más formas de hacer plata?, aquí les va otra; estafen. ¿Ustedes realmente creen en el cielo o el infierno?, ¿en el karma?, nooo!!! Esas huevadas no existen, aquí se vive todo, la vida es una sola, estafen y tendrán plata; harán sufrir a gente y a menudo quizás no conciban el sueño, pero eso es temporal nomás, dentro de poco tendrán harta guita como para zafar de esta sucia forma de ganarse la vida; entonces irán a la iglesia y le pedirán perdón a una malla. Por si aca nomás, de repente Diosito existe y tienes que quedar bien con Él. De esa manera podrán vivir tranquilos y asegurar el bienestar de sus hijos. Aguanta, ¿“hijos”?, ¿dije “hijos”???
¿Qué lección aprende un niño de un papá farandulero pendejo?, pues justamente eso, a ser un farandulero pendejo. Los hijos de Farid Ode, por ejemplo, están pre-condenados a ser unos vividores de primera. Digo pre-condenados porque está en cada uno cambiar el rumbo de una historia, pero la estampita en la frente ya la tienen, cortesía de Farid.
¿Qué lección puede aprender un niño de un padre estafador?, pues tiene todo para ser el rey de la estafa, y de paso el rey del mundo. Porque hará tanto dinero que todos se rendirán a sus pies, porque en este mundo poco importa el cómo, lo que importa es el fin.
¿Qué lección aprende un niño de un padre sumiso y robotizado?, ahhhh, los agarré ¿no?, seguro muchos se creían un ejemplo de sacrificio, contarían la historia una y otra vez, jactándose de haber lamido flemas y aguantado golpes, sólo para mantener a los bebés. Yo no sé si sea ese el precio indicado, yo no sé si un niño que tuvo educación y comida, se lleve un buen concepto de sus padres sabiendo que para lograr eso tuvieron que aguantar humillaciones y maltratos. Yo no sé si un niño que al final tuvo que valerse por sí mismo, valoraría más el orgullo de tener un padre que no aguantó negreros. Es un tema polémico, pero para mí la cosa es clara. ¿Qué lección les pudo haber dado Túpac Amaru a sus hijos sino hubiera sido por su rebelión? Él pudo haberse sometido y su hijos hubiesen vivido, quizás sido educados y alimentados, claro está en medio de la esclavitud. Pero Amaru al final los dejó a su suerte después de todo, pensó más en que no podía aguantar opresiones y les dio a sus hijos un ejemplo de libertad. Imagínense a Túpac Amaru en San Isidro, con su terno gris y sus zapatos bien lustrados. Su cabello bien cortado y sin sombrero que lo eclipse. Imagínense el momento en el que finalmente se le sale el indio y, cansado de maltratos y discriminaciones, decide mandar a la mierda a su empresa, sin importar lo prestigiosa que esta sea. ¿Qué le dirían a Túpac?, ¿Que lo piense bien?, ¿Que piense en sus hijos?, ¿Que aguante un poco más hasta que consiga otra chamba (igual de opresiva)?
No sé si algún día se convencerán de que el dinero no es tan importante como esta sociedad nos lo pinta, quizás porque al sistema le convenga que pensemos eso. Yo no pienso que el mundo debería dejar de trabajar por dinero, eso ya sería ir contra todo y tampoco se trata de eso; lo que pienso es que deberíamos de trabajar CON UN SENTIDO para que a su vez nos dé dinero. Esas tres palabras que puse en mayúscula son, creo yo, la carencia por excelencia en las capitales. Todos dicen que el porqué del trabajo es el progreso, eso es falso, no habrá progreso si es que no sueñas, no habrá progreso si es que sólo te sientes capaz de hacer lo que estás haciendo y para quien lo estás haciendo.
Ahora que soy un “vago” lo veo más claro. Y ustedes, ¿cómo lo ven?
Complementando lo que conversamos hoy: El mundo se debería regir por la "Ley del minimo esfuerzo"...si fuera así nadie trabajaría porque debe, sino porque quiere y sobre todo haciendo lo que ama que puede ser desde administrar, pasando por dibujar hasta cocinar.
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