Ya que está de moda
Debo empezar este post aclarando algo importante: soy blanco. Sí, lo soy, de esos que cuando van a la playa se ponen rojos como una ciruela y que luego se pelan de manera inclemente y malaspectosa. De esos a los que si les sale un chupo en el cachete se les nota a leguas, porque la cara queda hecha una escarapela. De esos que si se rascan el cuello les queda marca todo el día y ni qué decir de los chupetones. De modo que, si hay algo que no encontrarán por aquí son esas frases tan virulentas como "yo soy cholo y me río con la paisana" o "yo soy negro y para mí el negro mama es lo mejor", "allá tú si te sientes marginado". Bueno, creo que se entiende con eso.
Otra cosa, no pertenezco a grupos racistas ni anti-racistas; si bien no me considero netamente fascista o clasista, admito mi afinidad con el racismo asolapado - o el que al menos lo pretende ser - que se respira en la ciudad. No caeré en la hipocresía del hipster ni nada por el estilo. Sé distinguir a un cholo de un colorado y a un negro de un nikkei. Para mí - a diferencia de Dios - no son iguales, y soy consciente de que para algunos hay más trabas sociales que para otros. No hago nada por solucionarlo o revertirlo, tampoco lo celebro ni piso cabezas si no es necesario. Pasa esto por mi vida como el aire más simple entre mis axilas. Me cuesta, sí, aceptar que hay mucha gente que vive de la misma forma que yo - vale decir, asumiendo todo esto de forma natural y pasiva - y que, como ahora hay redes sociales, cree que poniendo un texto moralista de ocho párrafos en su muro de Facebook o un tuit citando a Nelson Mandela ya están luchando cara a cara contra el racismo. Sí, claro, todo un revolucionario. Y eso no es todo, lamentablemente. Ahora veo, aún con más desilusión, que se inyectan de santurrona euforia para criticar programas como 'La paisana Jacinta' y 'El negro mama' - ambos del imitador y cómico Jorge Benavides - tildando a estos personajes de denigrantes para las razas y variedad étnica de nuestro rico Perú. Todo esto suena tan producido que hasta huele a pollo de KFC, ¿no?
Para los amigos que nos siguen del extranjero, un pequeño resumen: 'El negro mama' y 'La paisana Jacinta' en un principio eran personajes con claras pretensiones cómicas que aparecían esporádicamente en programas televisivos del mismo tenor, programas que dirige y produce el ya mencionado Jorge Benavides, para muchos el mejor imitador y cómico del país - dicho sea de paso, para mí no lo es, pero admito que sabe hacer reír a las mayorías -. El negro mama es la versión exagerada de un, se podría decir, ¿típico? negro peruano, o un recién subido de Chincha - ciudad ubicada en Ica, al sur de Lima, famosa por albergar pobladores de raza negra en su gran mayoría-. Como ven en la foto, sí que es exagerado. Benavides exagera además su hablar medio acaribeñado, exagera también su poca inteligencia, y exagera también su fama de bien dotado, sexualmente hablando. Es decir, exagera todo lo que se dice de los negros.
Por su parte, la paisana Jacinta es casi la misma historia, pero esta vez Benavides exagera a una ¿típica? pobladora de la sierra peruana recién llegada a Lima, bien podría ser de Puno, Cusco, Ayacucho o Huancayo. Exagera su hablar altiplánico, exagera su fealdad - ver foto a la derecha -, pésima dentadura incluida, exagera su astucia y exagera también su picardía. Exagera su miseria y por momentos su inocencia. Como decía, en un principio eran personajes incluidos en programas en los que el cómico ponía en escena diversos sketchs de diferentes temáticas; sin embargo estos dos personajes tuvieron tanto éxito con los televidentes que terminaron peleando por programas propios con sus aventuras de manera individual. Si bien no se llegó a lanzar el programa propio del negro mama, lo que fue compensado con darle más protagonismo en los programas regulares de Benavides, el programa de la paisana Jacinta, lanzado en 1999, fue un éxito rotundo desde sus primeras emisiones; lo que explica en parte sus quince años de vigencia.
Párrafo aparte. En 2010, el Centro de Estudios y Promoción Afroperuanos (Lundu) demandó a Frecuencia Latina - televisora que transmite desde siempre los programas de Benavides - por "actos discriminatorios que atentan contra la dignidad del ser humano" a través del negro mama. La Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV) resolvió que el canal deje de difundir al personaje en cualquiera de sus programas. Jorge Benavides fue astuto, aunque jugó al filo de la navaja: siguió utilizando al negro mama como personaje en sus sketchs pero dejó de llamarlo así, en realidad le quitó el nombre. Lo cierto era que en pantallas seguía apareciendo el mismo personaje con las mismas características, pero ya nadie lo llamaba 'mama'. Lundu consideró esto una burla y volvió a atacar. Ante esto, ya en 2013, la SNRTV no tuvo otra opción que multar al canal y prohibir definitivamente la inclusión de personajes como 'mama' en programas cómicos televisivos o radiales. Este hecho fue bastante comentado y debatido en todas las esferas de la sociedad nacional - sobre todo en redes sociales, que es donde la gente ha aprendido a armar su propio cuadrilátero virtual -. Para muchos fue justo, para otros injusto; viva siempre la discrepancia. No obstante, la paisana Jacinta siguió al aire sin ninguna tacha de este tipo. Viene una nueva pregunta, ¿por qué se restringe a 'mama' y no a Jacinta?, y no me digan que es por la carencia de una organización que defienda los intereses de las personas de ascendencia andina, sobre todo si es mujer - Ministerio de la Mujer, Congreso de la República, Primeras Damas, ¿les suenan estos nombres? -. Pues parece que, para variar, aquí juzgamos lo que nos conviene con la vara del tamaño que nos conviene, cuando nos conviene y sólo si nos conviene.
Partamos de una idea muy sencilla y concisa: estos programas son consecuencia - o ramificación - del racismo que habita en el Perú. Sí. Esto es evidente. Si no existiera la distinción de razas o clases que hacemos con tanta asiduidad por estos lares, no nos daría risa ver a estos personajes ridiculizando razas o etnias. Porque, aceptémoslo, eso hace Benavides, ridiculizar al negro y a la serrana con sus personajes más famosos y exitosos. Sin embargo, si es así, ¿por qué tienen estos personajes tanta aceptación en los sectores étnicos o raciales que supuestamente ridiculizan?, ¿no es esto un poco ilógico?, por otro lado, si bien debemos tener claro que programas como estos son ramificaciones de nuestro racismo, ¿hacemos bien en considerarlos causa del mismo?
Es sabido que el éxito de 'mama' y de Jacinta no se centra en la capital, se trata - muy a pesar de algunos - de un fenómeno nacional. Esto generó que Benavides, durante todo este tiempo, hiciera giras y circos sólo con estas temáticas, y aún así llenara coliseos y locales en zonas donde se concentraban grandes cantidades de personas pertenecientes a las etnias que él supuestamente ridiculizaba. Como en toda generalización, por supuesto, siempre habrá una excepción: puede que haya personas de la sierra que se sientan ofendidas con Jacinta o personas de raza negra que se sientan ofendidas con 'mama', pero, siempre me preguntaré, ¿dónde están?
Me vi obligado a mencionar lo de Lundu porque se trató de una demanda hecha exclusivamente por dicha organización - no necesariamente por toda la comunidad afroperuana, ya que suponerlo sería infundado más allá de la representatividad que pretende esta organización -, sin embargo el rating del negro mama nunca le fue esquivo, más aún si Benavides empleó la argucia de introducirlo sin ese nombre en diferentes sketchs. Claro que tampoco podemos afirmar que todo ese rating que tiene 'mama' es generado por televidentes de raza negra. Por otro lado, quizás suene muy subjetivo decir que tengo amigos negros que, lejos de ofenderse con 'mama', aprecian su gracia y disfrutan de sus programas. Y lo mismo con amigos o amigas procedentes o decendientes serranos con respecto a Jacinta. Pero si ustedes - o amigos y conocidos de ustedes - sufren exactamente el mismo caso la subjetividad será cada vez menor y ya podríamos empezar a formular hipótesis más certeras. Hipótesis que ganan validez cuando notamos que con otras cosas no somos igual de rigurosos como lo somos con los personajes de Benavides. Por ejemplo...
Creo que no necesito presentar o explicar lo que acaban de ver en esa foto. Así es, se trata de los programas juveniles líderes en rating en el país desde hace casi dos años: Esto es Guerra y Combate. Ahora echemos un vistazo a esto:
Bien. No tengo nada contra ninguno de estos chicos, tanto los nacionales como los mexicanos. Es más, admito que, en el caso de los últimos, algunas de sus canciones se me pegaron por semanas - las combis ayudaron mucho -, y a los primeros tuve que tragármelos porque a una ex le fascinaban y no se perdía ningún programa. Las cosas que uno hace por amor, ¿no?
La palabra 'estereotipo' tiene mucho que ver con mi posición con respecto a estos temas. ¿No es un estereotipo una forma de distinguir?, es como si alguien te estuviera diciendo - si no exigiendo - cómo debes tratar de ser para ser aceptado y tener éxito o una vida bella. En el caso de plantear estereotipos de determinada raza, ¿no se podría interpretar como racismo?; de hecho, si le buscamos tres pies al gato - como hacemos con Jacinta y 'mama' - encontraremos siempre algo oculto entre líneas. Esto es Guerra y Combate, por ejemplo, tratan de adornarse con mujeres y hombres de indiscutible belleza - salvo algunas excepciones, lo siento Zumba - y también con gente de diversas tonalidades de piel para que nadie los tilde de fachas. Pero es evidente que plantean estereotipos sumamente lejanos para el común de la población peruana. Esto trae como consecuencia lo que se ve en la actualidad: O los amas o los odias. O son adorados como dioses o son repudiados por ese extraño segmento red-socialista intelectualoide (sí, otra vez los hipsters, quizás) que muestra su indignación cada vez que puede y por donde puede. Y en el caso de las telenovelas mexicanas - aunque ahora producciones así vienen desde muchos más países - esta fascinación por los estereotipos es aún más aguda y agresiva. Desde esta óptica infiero que tanto 'mama' como Jacinta, así como Esto es Guerra, como Combate y como las telelloronas más exitosas - y si seguimos quizás abarquemos un 90% de los programas de la TV peruana -, todas plantean estereotipos que intentan ya sea alzarse con reflectores como deidades, o ridiculizar a otros puntualizando y exagerando sus defectos. Ambas cosas me parecen igual de condenables - aquí es donde ustedes y yo podríamos discrepar -, sin embargo no las condenamos igual: ¿por qué criticar a Jacinta y hacer mutis con el resto de cosas que pasan por nuestras pantallas? Ya no huele tanto a KFC, ahora huele a hipocresía o, en todo caso, un extraño ensañamiento.
A pesar de lo dicho, me parece tonto culpar únicamente a la televisión de la decadencia cultural - lo que incluye el racismo - en la que estamos tan sumergidos. Si bien la televisión podría hacer algo más para combatir los problemas sociales del país, no está en la obligación de hacerlo, por lo que me resulta también hipócrita señalarlo de esa forma. La televisión es un negocio y le da a la gente lo que quiere. Por ende, si hay una culpabilidad, esta es compartida entre los que ofrecen un producto y los que lo adquieren de manera sostenida. Ninguno de los programas mencionados en lo que va del post existiría si no hubiese gente que los siga y así justifique - con sus debidas creces - la inversión de quienes los producen. Y aunque esto suene obvio o trillado, parece que a veces nos lo olvidamos por completo.
Voy acabando este texto respondiendo a algunas preguntas planteadas por la conocida web El Útero de Marita, portal del que soy fiel seguidor por su estilo crítico, sarcástico, mordaz y muchas veces objetivo, aunque creo que esta vez patinaron feo. Cito las preguntas y respondo cada una:
Pregunta 1: "Amigos ecuatorianos: ¿en la TV su país hay algún personaje cómico llamado "la Rosita", vestida como otavala, interpretado por un actor hombre y mostrada como bruta, fea y desdentada?".
Ante todo, disculpen la intromisión porque sé que la pregunta va dirigida hacia los ecuatorianos, no hacia mí - y las demás preguntas tampoco serán dirigidas hacia mi persona, así que serán varias intromisiones, pido disculpas por todas -, pero para fines de fortalecer este post me es imprescindible responder. Y digo esto: probablemente no, pero, ¿eso implica que en Ecuador no exista racismo, por citar el mismo ejemplo, contra los pobladores o descendientes de Otavalo?, no necesariamente. De hecho, Otavalo viene luchando contra el racismo desde tiempos inmemoriales - desde antes que existiera la TV -. Si partimos con la idea de contrarrestar el racismo - porque eso es lo que todos decimos querer, ¿no? -, ¿hacemos bien arañando sólo a sus consecuencias y no a sus causas?, sigo.
Pregunta 2: "Amigos chilenos: ¿en su TV tienen algún personaje cómico llamado "la Francisca", vestida de mapuche y con esas mismas características?".
Pues no lo sé, no veo televisión chilena ni he vivido en Chile. Tampoco estoy enterado de las últimas novedades de su "TV basura", la cual de seguro no dista mucho de la nuestra dicho sea de paso; pero, ¿se necesita mucho sustento para decir que la sociedad chilena es una de las más racistas de Latinoamérica?, que no se malentienda. Tengo allá muy buenos amigos, pero hasta ellos admiten que el racismo allá es menos asolapado que el de aquí - incluso este racismo chileno roza más con la xenofobia, ojo -. Es más, ellos no necesitan una paisana Jacinta, para eso tienen a los mismos inmigrantes peruanos, y lo peor es que cada vez son más. Así que ya pues...
Pregunta 3: "Amigos bolivianos: idem, ¿algún personaje llamado "la Eusebia", vestida de aimara, y con esas características?".
Repito la misma respuesta que a la pregunta 1: si no fuera así, ¿qué implicaría ello?, ¿en Bolivia dejaría de haber racismo por la suspensión de un programa televisivo que ridiculiza a una aimara?, ¿Bolivia sería racista sólo por permitir programas televisivos cómicos que se burlen de sus etnias?, parece que alguien no quiere ver más allá de sus narices.
Pero aquí viene lo interesante: "¿Y por qué en el Perú sí existe este personaje, y encima es tan exitoso? "Ahh, es que así somos acá, pues".
Ajá. ¿"Así", cómo?, ¿así de racistas?, ¿así de burlones?, ¿así de idiotas?, ¿así de poco exigentes?, ¿así de peruanos?, ¿"así", cómo? Hubiese ayudado mucho que el Útero expresara una idea final más concreta sobre esto que pretendió ser una crítica corta y sustanciosa a nuestra sociedad. Lamentablemente no dejaron muchas luces y, seguramente, si le preguntamos al redactor nos dirá "se lo dejé a los lectores". Bueno. Permítanme completar la idea. Yo creo que los peruanos somos así de hipócritas. Así es, hipócritas. Hipócritas porque pasamos por agua tibia o condenamos cosas según nuestros deseos más infundados. Así, y volviendo a lo que dije al principio, si atacamos un programa como la paisana Jacinta mediante un tuit o una publicación de Facebook nos sentimos héroes de la lucha contra el racismo. Si alguien nos lo cuestiona automáticamente es nuestro enemigo, o sea, racista. Genial, hasta ahí combatimos las consecuencias. Pero, ¿qué hay de las causas?; ¿qué podemos reclamarle a la televisión, por ejemplo, si en nuestras casas, frente a nuestros hijos, hablamos despectivamente de cholos, de indios y de negros?, ¿qué podemos reclamar si lo primero que hacemos con alguien es identificar su valor a través de su color de piel, de su contextura física o, en el peor de los casos, de su billetera?, ¿somos consecuentes con lo que reclamamos?
A juzgar por tanta gente que reclama y se encarama en los buses del repudio colectivo, y considerando optimistamente que todos estos señores cumplen con lo que ellos mismos exigen, creo que el Perú debería ser hoy otro país, ¿no creen? Así que alguien aquí está mintiendo, y esta vez no soy yo...
Cierro con otra cita del Útero en el mismo artículo:
"Ya. OK. Pero ¿POR QUÉ somos así??
A mí la respuesta me da mucha vergüenza y mucha pena. En serio.
Y quizá el gran, enorme problema no es que exista "la Jacinta". Sino eso: que "así somos acá, pues".
Y eso va bastaaante más allá que un tonto programa de televisión...".
A mí la respuesta me da mucha vergüenza y mucha pena. En serio.
Y quizá el gran, enorme problema no es que exista "la Jacinta". Sino eso: que "así somos acá, pues".
Y eso va bastaaante más allá que un tonto programa de televisión...".
Independientemente de que otra vez mostró su carencia de valentía y no lanzó calificativos coherentes con sus planteamientos, o al menos una teoría algo creíble, la frase con la que cierra este artículo es fascinante:
"[...] Y eso va bastaaante más allá que un tonto programa de televisión". Especialmente aquí coincidimos totalmente, este es el win del artículo, sin dudas, pero el problema es que esta sola frase se tira abajo todo lo que escribió el redactor anteriormente - ¿se habrá dado cuenta? -; planteándolo de otra forma: ¿TANTA VAINA POR UN "TONTO PROGRAMA DE TELEVISIÓN?", eso mismo me pregunto yo, ¿por qué tanto escándalo o ensañamiento con algo que en definitiva no es responsable de nuestros cadáveres sociales, sino que es más bien una consecuencia, una simple voz de alerta de que algo estamos haciendo mal?, es que así somos acá pues. Yo sí lo digo. Así de hipócritas.
Buena brother...
ResponderEliminarBlanquiñoso. XD