jueves, 11 de junio de 2009

Y volvemos al "Hoy"


Simplemente no pude seguir ajeno

Y volvemos al hoy, con la selección dando lecciones de vergüenza, pero no la deportiva sino la del alma, quizás la más dolorosa. Con un Rodríguez impreciso, con un Zambrano que aún no es de “primera división”, con un Vílchez apático, con un Prado limitado; y con un Fernández rescatable pero siempre perdedor. Y volvemos al hoy hablando de “Cachito” Ramírez y su indefinida posición de “10” armador, con un Vargas pundonoroso pero insuficiente, con un De La Haza siempre poco inteligente, con un Rainer que aún sigue pensando si jugó por la “U” o por la Selección. Y volvemos al hoy hablando de nuestro decepcionante Paolo Guerrero, a quien todos brindamos lo poco de nuestra esperanza, pero parece haber caído en la atmosfera de Pizarro, y no la luchó, simplemente no la luchó, más allá de que Carlos Álvarez lo tenga podrido, en la cancha las cosas son sencillas, o te matas o te matas; y finalmente Fano, quizás con sus limitaciones y todo sea nuestro mejor elemento junto con Vargas; no tuvo una buena actuación, pero su entrega será siempre incuestionable, aunque valgan verdades a veces no soporto su dejito colombiano. Y volvemos al hoy hablando de los suplentes, de ese tal Roberto Merino, alias “Maradonita” (¿me perdí de algo?), quien al tener la pelota sólo demostró ser el “malabarista” del que se hablaba, pero no ató ni desató ningún cabo; hablamos ahora de Wally Sánchez, siempre ganoso pero casi nunca productivo, y esto también llevándolo al plano de Alianza Lima, donde sinceramente se luce sólo por lo deslucido de nuestra “Peruvian Premier League”. ¿Alguien más entró?, ah sí, Josemir Ballón, extraño verlo ahí, extraño que lo hayan convocado, ¿no, Chemo?, ¿será otro de tus experimentos, acaso?

Y volvemos al hoy hablando del partido en Lima: Ecuador no nos pasó por encima, tampoco dramaticemos, pero el problema es que no sabemos ganar, ya es una cuestión mental, habitual y que poco a poco, alarmantemente, se hace natural. Y es que los equipos sudamericanos ven a Lima como la plaza más asequible y eso sí que no es dramatizar. Mi pregunta es, ¿hasta cuándo durará esto?, no sé si un cambio dirigencial cambie todo el panorama… sinceramente no lo creo. Mucho menos creo que si Chemo se va todo cambie, quizás mejore, pero no sería el cambio al que me estoy refiriendo y que, estoy seguro, todos los seguidores de la selección queremos. La verdad es que me preocupa más eso que cualquier otra cosa incluyendo el siempre tocado “futuro del fútbol peruano”. En realidad todos queremos que Perú gane, y que lo haga ya, lo del futuro se lo dejamos a la vida, a Dios, al destino o quien quiera que se encargue del tema. Y volvemos al hoy, resumiendo, Ecuador ganó y fue con justicia, ¿Por qué?, porque hizo los goles, y en el fútbol de hoy a ESO se le llama justicia. Mientras por aquí no lo entendamos, seguiremos sumergidos en lo más profundo del water, de donde, por cierto, Bolivia y Venezuela ya nos abandonaron hace buen rato.

Y volvemos al hoy, cuando ayer, algo excitado acudí a una heladería cercana a mi agencia bancaria, con la ilusión de ver a un Perú que al menos deje algo para “reconocer”. Siendo sincero no esperaba ver a Colombia pasar por tantos aprietos, siendo una selección siempre vigorosa y arrolladora. Sin embargo volvemos al hoy y volvemos al tema de siempre: la justicia en el fútbol ya cambió de nombre y se llama “gol”. Colombia hizo el gol, Perú no, y se volvió a perder. Aún no he visto la tabla de posiciones, me basta con saber que Perú está en el fondo, y que es prácticamente imposible que salga de ahí (menos con lo que se nos viene – Uruguay en Lima y Venezuela en tierras chavistas), sólo sé que estamos cagados, total, es algo que ya sabemos todos, ¿verdad?, entonces, ¿qué demonios hago escribiendo sobre esto?, como lo dice el subtítulo del post, “simplemente no pude seguir siendo ajeno”, para aquellos que dicen que mis artículos pseudo-periodísticos aburren, les digo: disculpen, simplemente no pude seguir siendo ajeno.




Y volvemos al hoy, cuando miramos hacia las siempre calientes tierras de la amazonía, tan calientes que ya se volvieron un verdadero infierno. Joseph Bruchac describió el encuentro de dos mundos de una manera algo romántica aunque siempre sangrienta, pero imagínense cuánto tiempo ha pasado, y parece que el compadre se quedó corto. Esto ya es una guerra de mundos, yo sinceramente no sé a quien apoyar. En teoría “los buenos” son los indígenas, pero no sé si se llore tanto la muerte de un “malo” como la han llorado los familiares de aquellos policías caídos. Tampoco creo que en la amazonía no se estén derramando lágrimas. Para mí si dos personas se están matando las dos están equivocadas, y sólo esas dos personas saben cuando finalizar el suceso. Sonará conformista, pero mi opinión es: que se maten hasta que se cansen, y se den cuenta de que la sangre no curará sus males, ni satisfará sus carencias.

Y volvemos al hoy, y volvemos al frío capitalino, que aparentemente me ha vuelto más frío de lo usual.

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