miércoles, 4 de abril de 2012

Donde te sientas más cómodo

Travesía en un Call Center

Se trabaja 8 horas, más una en la que comes, pensando en qué cliente te tocará cuando regreses del refrigerio. Mi trabajo actual queda muy lejos de casa, en el Centro de Lima, para ser exactos. Llegaría tarde a diario si no fuera por ese magnífico y único acierto de Castañeda, al que bautizó como Metropolitano. Gracias a ese enorme bus, que algunos herejes calificaron como "lento" en sus inicios, puedo darme el lujo de salir de casa a las 11:15 am y llegar al Call Center a las 11:55 am. Justo 5 minutos antes de que empiece mi jornada laboral. Sí pues, trabajo ahora en un Call Center, aquel empleo que tanto temí durante años (porque no sé ni sabré vender), ahora es lo que alimenta mis ansias de tener un ingreso decente que cobrar cada fin de mes, y ayudar a mi familia a salir de un crisis económica muy agobiante.

No puedo asegurar que todos los Call Center son iguales, puesto que es la primera vez que piso uno, pero para describir mi actual centro de labores, trataré de ser muy enfático en algo que llamó mucho mi atención: el ambiente de trabajo. Un ambiente interesante, estresante, y a la vez jovial y extrañamente adictivo.

Si bien es cierto, considero que los Call Center son una (nueva, al menos para mí) forma de estoicismo laboral, existe, ahí, en ese local del Centro, un ambiente imperturbablemente cariñoso. Todos parecen quererse mucho. Los agentes se abrazan con sus compañeros, se bromean, se ríen y se burlan de algunos clientes, acentuando más esa camaradería que hacía mucho tiempo no veía en un trabajo. Los coordinadores (que son el siguiente escalón de los agentes) son en realidad un apoyo absoluto para aquel agente que no recuerda cómo realizar una transacción. Dichos coordinadores tienen responsabilidades con sus agentes, pero parecen estar más cerca de los agentes que de los supervisores. Justamente el tercer escalón del agente, es el supervisor. En mi caso particular, me tocó un supervisor algo antipático, pero a juzgar por otras áreas del mismo Call Center, los supervisores tienen las mismas cálidas características mencionadas anteriormente. 

Otro detalle a tomar en cuenta: la homosexualidad. Mi actual centro de labores reúne a una gran cantidad de gays. Las razones no me las explico aún, pero no sólo sucede con los agentes, sino también con coordinadores y hasta supervisores (seguramente muchos se animarán a trabajar por ahí después de lo que acabo de mencionar). La bohemia también está presente en el Call. Debido a que los parámetros de calidad no exigen mayores cuidados de las apariencias personales de cada uno (lo cual adoro, puesto que me dejaré la barba hasta los huevos), ya que la atención es netamente telefónica (lero lero, bancos) y sólo basta con que sepas "hablar bien" y tener harta paciencia. Ah, también conocer el sistema, obvio, yo aún no lo conozco, aunque seguramente quien vea el STC recordará a la famosa BT del Scotiabank. Lo mismo sucede con las religiones, ideologías políticas, etc. Todos entremezclados en una amalgama completamente dinámica, en la cual uno puede hasta terminar mareándose. Por cierto, estar cerca del Centro, y sus noches, también es influyente. Ya saben a lo que me refiero.

Sobre el apoyo de los agentes antiguos hacia los nuevos, pues aquí sí hay una regla algo especial: un nuevo aprende más con otro nuevo que con un antiguo (salvo algunas excepciones). El antiguo domina su sistema mientras lo ves con cara de tarado, se luce para que digas "¡asu!", y hace todo rápido para que le digas "espero algún día tener tu velocidad"; mientras que el nuevo, que sabe poco, pregunta todo a su coordinador o a otro agente más antiguo. Entonces sólo es cuestión de parar la oreja y aprender.

Voy terminando este post (cuasi informativo), diciendo que me mantengo en la idea que siempre tuve de este tipo de trabajos: El Call Center posee un ambiente alegre, pero endulzado en fracaso post 30, incertidumbre intermedia e inquietud juvenil. Los chibolos están contentos porque, en la mayoría de los casos, es su primera chamba formal. Los de mi edad llegamos pensando si realmente debimos caer ahí, sabiendo que podríamos "aspirar a algo mejor", mientras que los que ya pasaron los 30 la tienen un poco más clara, y ven en el Call su último Metropolitano (Línea "A", por si aca) hacia la estabilidad laboral (éxito, dirían algunos).

¿Cuánto duraré ahí?, pues no lo sé, ojalá que bastante, ojalá que poco. Lo primordial es cumplir el objetivo de apoyar a mi viejo, si eso me demora un mes, entonces en un mes me quitaré, si eso me demora un año, entonces en un año soy fuga. Pero, ¿qué tal si esto del Call Center me termina volviendo adicto?

Sería, quizás, mi primera adicción realmente productiva. ¿Me desean éxitos?, mejor deséenme suerte.

1 comentario:

  1. "La bohemia también está presente en el Call. Debido a que los parámetros de calidad no exigen mayores cuidados de las apariencias personales de cada uno (lo cual adoro, puesto que me dejaré la barba hasta los huevos), ya que la atención es netamente telefónica (lero lero, bancos) y sólo basta con que sepas "hablar bien" y tener harta paciencia." Ja, ja, ja.

    Espero por el bien de todos que no te conviertas en una especie de yuppie psicótico como el de Bret Easton Ellis.

    "Sobre el apoyo de los agentes antiguos hacia los nuevos, pues aquí sí hay una regla algo especial: un nuevo aprende más con otro nuevo que con un antiguo [...]" Uhm, creo que esto depende más del instructor que te toque que del puesto en sí, pero son tus creencias y hay que respetarlas.

    Saludos.

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