No se trata sólo de resentimiento, aunque sea una verdad comprobada que por nuestras venas humanas siempre correrá, junto a la a veces caliente sangre, el sentir del fracaso y la soberbia del triunfo. Podemos sentirnos engañados por el éxito propio y engatusados por el ajeno, pero nada peor que pisar tierra con un fracaso salido de nuestra mente, desbaratando pieza por pieza una ilusión creada exclusivamente en esa cosa gelatinosa y maravillosa a la que llamamos cerebro. Hoy festejo hipócritamente el triunfo ajeno, aunque eso signifique lamentar el fracaso mío. Ya no importa. Y si se trata de sacar conclusiones de momento, como hace la mayoría de la gente, más aún la parte que ostenta integridad en sus decisiones NO SIENDO ASÍ, pues hoy saco mi propia conclusión: no creo en el amor. Punto.
Quien me quiera contradecir tendrá que preparar un argumento muy fuerte, porque el amor como sentimiento social simplemente no existe, ese amor del que hablan las canciones, los poemas, las historias románticas, no es nada sino un cúmulo de sensaciones auto-adheridas, que nos engañan constantemente haciéndonos creer que somos felices, cuando la felicidad siempre se encontrará en otro lado - quizás por eso sea tan difícil hallarla.
Quien me quiera contradecir tendrá que preparar un argumento muy fuerte, porque el amor como sentimiento social simplemente no existe, ese amor del que hablan las canciones, los poemas, las historias románticas, no es nada sino un cúmulo de sensaciones auto-adheridas, que nos engañan constantemente haciéndonos creer que somos felices, cuando la felicidad siempre se encontrará en otro lado - quizás por eso sea tan difícil hallarla.
Y si por saber esa verdad y difundirla como pueda estoy condenado a la infelicidad, pues así será. Si esa infelicidad implica saber siempre la verdad de las cosas, no dejarse engañar por estúpidos paradigmas y tratar de ver otros caminos para encontrar el tesoro perdido, pues así será. Ya nada importa. El amor no existe. Quizás existan otras cosas similares o aún más poderosas, como por ejemplo lo que mis padres sienten por mí. Ese sentimiento incondicional es algo en lo que sí podría creer, pero, ¿en el amor?, no, ya no.
Sigan como están, ustedes las parejitas, que sean "felices" juntos, que coman perdices, nomás no se atoren. De mí no se preocupen, no creo en esas cosas, tómenlo como algo estilo religión, no creo en sus dioses, no creo en las mujeres, no creo en ti, ni en ti, ni en ti, no creo en sus ideas.
No creo en el amor, ¿y qué?
jajajaja... igual nomás te volverás a enamorar mi querido Bencho... aunque quieras ser racional volverás a entregar tu corazón... y créeme, contra eso no hay medicina, es algo intrínseco, no lo podemos evitar pero a su favor puedo decir que los mejores momentos de inspiración a nuestras vidas vienen cuando nuestro corazoncito bate fuerte dentro nuestro, sea x amor, decepción, odio, etc. un gusto leerte siempre amigo y si quieres te presto un libro interesante que habla sobre el amor, ese tipo de amor asociado a la felicidad que andas buscando y luego sacas tus conclusiones... (coordinamos y te lo paso la prox fecha en oriente).
ResponderEliminar"El amor es física y química" Creo que esa frase es de Severo Ochoa. No sé que significa, lo que sí sé es que en un laboratorio se puede crear amor con drogas en los pacientes.
ResponderEliminarM.D(o sea Malvado Dylan)
el amor fue concebido para poder sobrevivir, ¿por qué? porque se necesita lucrar con algo, vender rosas, tarjetas, hacer películas romanticonas, ir a restaurantes y practicar las demás cursilerías. El fondo es uno, crear necesidad para satisfacerla al fin y al cabo. Pero como sentimiento, no, no existe.
ResponderEliminarJa, excelente definición, no lo había visto desde ese punto de vista. De modo que el amor da dinero, entonces, ¿acabo de encontrar la solución a mis problemas económicos?, sería como matar dos pájaros de un solo tiro. Saludos :)
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