lunes, 2 de mayo de 2011

La igualdad no siempre es buena

Aunque suene bonito ...

¿Quién en su vida no ha sido presa de la envidia?, una sensación que no habría de avergonzarnos en absoluto, ya que nace desde nuestra propia naturaleza humana. Aquel que diga que nunca envidió y que nunca deseó el mal, miente y hoy no voy a mentir.

Recuerdo que de niño envidiaba a mis vecinos cuando sus padres les compraban buenos juguetes o videojuegos de última generación. Poco tiempo después, pasado el desmesurado esfuerzo de mis padres, los "emparejaba" y ya no tenía que envidiar. Pero en ese trayecto varias sensaciones pasaban por mi mente. La primera (y es porque no me considero una "mala persona") era la alegría; al fin y al cabo eran mis amigos y siempre les deseé lo mejor. Sin embargo, el ambiente se opacaba cuando tenía que rogarles para que me presten, tan sólo por un momento, aquel deseado objeto que mis manos no podían poseer con su arrogante frecuencia. Entonces me absorbía mi natural lado oscuro y deseaba con todas mis fuerzas un barrio más "igual", donde todos los niños tengamos las mismas cosas, o simplemente tengamos NADA.

De esa manera nadie podría presumir ante otros, nadie podría decir "no te presto", nadie podría decir "mira lo que papi me regaló por navidad". Todos jugaríamos con chapitas aplastadas por los camiones, con botellas vacías o con una pelota parchada. Todos seríamos, finalmente, iguales. Sin embargo ese resulta ser un deseo repleto de egoísmo, como el de aquel que no puede conquistar a una bella mujer y la tilda de fácil o como el de aquel que no puede alcanzar una manzana situada en lo alto de un árbol y la cataloga de podrida. Una medida facilista en la que muchos caemos para cosas sencillas. De pronto llega la razón y nos hace ver que estábamos en el error; sí, cuando se trata de cosas simples podemos corregir. Podemos pedirle disculpas a ese amigo al que le deseamos el mal, o en todo caso resarcirnos con algún buen detalle a su favor, lo mismo con aquella fémina que maldijimos sólo porque no se fijó en nosotros.

Lamentablemente, para cosas de mucha importancia, desear esta suerte de "igualdad negativa" puede convertirse en un mal irreparable.

Que un político como Ollanta Humala diga que quiere un Perú "igual", y hable de "inclusión social" con tanta ligereza, es cosa seria. Ya no se está hablando de cosas simples y remediables, sino de situaciones que podrían definir el futuro de millones de personas, de una nación entera. Es cierto, hay personas que viven del esfuerzo de los más necesitados, lucrando con el sudor de otros y dando a cambio miserias que no justifican el más mínimo sufrimiento. Pero meter a todos los ricos en un sólo costal es tan egoísta como los ejemplos que mencioné líneas atrás. Hay personas, muchas personas, que hicieron riqueza con mucho esfuerzo, sacrificio y dedicación. Que, a partir de sus precarias situaciones, lograron salir adelante. Ejemplos hay muchos y ahondar en lo que significa hacer empresa en el Perú (con todos los costos - morales y económicos - que eso implica) sería redundante. Todos sabemos lo que cuesta surgir bajo un gobierno esquivo. El país es desigual, sí, pero, ¿acaso la solución es emparejar todo hacia abajo?, ¿el pobre dejará de ser pobre porque el rico caiga en la miseria?

Hay dos fuerzas que llevarán a cabo la "igualdad" que promete Humala, lógicamente son fuerzas que van en sentido contrario, una que lleva hacia abajo y otra que lleva hacia "arriba". La fuerza que lleva hacia abajo tiene nombre propio: expropiación. A partir de un virtual gobierno humalista, todos los sectores claves de la industria peruana, llámese aduanas, centros de exportación e importación, PYMES, banca, bienes inmuebles, entre otros, serán "NACIONALIZADOS" (de ahí que piense que eso del "nacionalismo" es una  de las peores estafas del momento), es decir, pasarán al poder del gobierno "nacionalista", para su utilización según los intereses del presidente. Esto hará que se termine esa especie de "sub-gobierno" ejercido por los altos poderes empresariales, en otras palabras, se acabaría la explotación, ¿les suena bien?

Para serles franco, si ahora estoy desempleado es, en gran medida, porque siempre tuve problemas con mis jefes y "superiores" acerca de la poca valoración que le daban a mi trabajo. No me dejaba mandonear, humillar y explotar; por eso nunca encajé bien en ningún empleo y nadie mejor que yo, un rebelde con causa pero sin oficio ni beneficio, para estar de acuerdo con tan arbitraria medida, que terminará por hundir a aquellos que me pisotearon sin piedad durante varios años de mi vida laboral. Pero aún así, no me parece justo.

¿Es solución para la explotación la simple desaparición de la industria privada?, en ustedes estará la mejor respuesta, yo pienso que no. Sin embargo en un hipotético gobierno "nacionalista", esto sería lo que pasaría, entonces, supuestamente, los pobres y desempleados veríamos con ojos morbosos cómo se hunden aquellos burgueses, burócratas, pitucos y adinerados empresarios. Claro, será un placer, ¿verdad?, pero al mirar nuestro alrededor todo sería lo mismo. Estaríamos sin empleo, sin dinero, sin propiedades. Ajá, ahí entrará a tallar la segunda fuerza, vale decir, la que va hacia "arriba".

Y lo pongo entre comillas porque es un "arriba" engañoso, un "arriba" que no nos pondrá en el lugar que dejaron los que antes nos explotaban como a esclavos, sino más bien nos pondría en un lugar más parecido a una jaula de mascotas. Los gobiernos "nacionalistas" sacian las exigencias del pueblo con alimentos, salud y educación, gratuitos. Esto quiere decir que si elegimos no trabajar y quedarnos siempre en nuestro sitio, un camión vendrá con cierta regularidad a nuestro barrio para dejarnos víveres (vayan saboreando la leche Ency), los hospitales nos atenderán (probablemente peor que el seguro social actual) sin pagar un centavo y, como tampoco existirían los colegios caros (sólo para ricos), se pondrán de moda nuevamente las Grandes Unidades Escolares, donde ricachones, pobres, gringuitos, cholitos y negritos estudiaremos todos juntos, sentándonos tres en carpetas de a dos (y acentuar el racismo, clasismo y crear aún más conflicto en nuestros inocentes hijos). Claro, igualdad, señores. ¿Querían un Perú con igualdad?, ahí lo tienen.

La "igualdad negativa" nos llevará al letargo como nación, años de atraso irrecuperables, daños irreparables que volverán a hacer que nuestro país retroceda y volvamos a feroces épocas en las cuales nadie podía decir lo que pensaba sin recibir al menos una amenaza o un pan menos para la cena.

Pregunta maliciosa: si la riqueza expropiada no será para nosotros, entonces, ¿para quién será?
Pregunta inocente: ¿y si en lugar de pensar en una igualdad hacia abajo, pensamos en una hacia arriba?

No nos dejemos engañar por promesas de doble moral. Está bien, todos estamos hartos, hay exclusión, hay desigualdad, explotación, pobreza y sobre todo mucha corrupción en nuestra política, pero recuerden que la cura puede resultar peor que la enfermedad, que la solución de nuestros males no es la cuasi-mágica desaparición de todo, sino pensar como país y buscar métodos de gobierno que nos lleven a mejor recaudo. Lo sé, no es fácil lograr que todos pensemos igual, pero despertar y tomar consciencia, sin dejarnos llevar por envidias ni resentimientos, siempre será un buen comienzo.

Sé que Keiko y su neo-fujimorismo no son una gran opción, pero al menos dentro de 5 años tendremos una oportunidad más de escoger un camino mejor para nuestra amada patria. Con Humala, simplemente no habrán más oportunidades.

Hoy no voy a mentir, quiero ir hacia arriba y no que todos vengan hacia abajo.

3 comentarios:

  1. Gracias por este aporte. Esto demuestra que la gente joven puede ver las cosas con más simpleza sin complicarse mucho. Muy bueno el enfoque y muy real. También creo que Keiko es el mal menor.

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  2. No he podido leerlo entero,no porque no sea interesante,sino porque era demasiado largo,sin embargo estoy de acuerdo en lo que he leido,aunque he de corregirte en algo,y es que la igual nunca es hacia abajo,porque los ricos siempre tienen escapatoria,quiero decir los verdaderos ricos,los que tienen su dinero en paraisos fiscales y todo eso,esos sólo tienen que salir del país y ya esta,los que de verdad sufren son los de las clases medias,tanto altas como bajas,cuya gran mayoria sufrió mucho,como dices,para conseguir lo que tienen.
    "Hoy no voy a mentir, quiero ir hacia arriba y no que todos vengan hacia abajo."Igual creo que eso es imposible,al menos tal como está diseñado el mundo,para que haya ricos ha de haber pobres explotados.

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  3. Muy buen post bro, igual yo tengo fe que Keiko va a hacer bien las cosas, no puede darse el lujo de cometer "burradas" porque sabe que sería el fin de su carrera política, es como lo que nos tocó vivir en el 2006, tuvimos que elegir entre García (caballo loco) y Humala (terruco chavista), quien se imaginaría tener que decidir entre ellos, teniendo en cuenta el desastre que nos hizo pasar García en esos 5 años del 85 al 90? sin embargo García a gobernado se podría decir más que bien, nos a mantenido en subida todo normal hasta ahora, lo mismo puede suceder con la China, quien dice que tiene que volver a repetir los errores de su padre? porque sentenciar a la china por los errores que NO FUERON DE ELLA, si no del su padre? Votemos con la confianza y tranquilidad de que al menos vamos a votar por seguir con el modelo económico y a seguir creciendo, con la esperanza de que sea un excelente gobierno y con la tranquilidad de que los "Robbin Hood" no nos gobernaran.

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