El famoso poder ...
Esta es una descripción, o quizás una conchuda crítica, de un mal que a todos alguna vez nos toca afrontar. Sí, y digo "mal" porque una vez que despiertas del letargo te das cuenta que lo único que ocasionó esa obesesión, es alejarte de las personas que más te quieren y de las cosas que más te llenan, dándote esa horrenda sensación de "tiempo perdido" que irrumpe de manera despiadada tu hasta entonces absoluta seguridad de que lo que estabas haciendo era "lo justo". Señores, ¿qué hacer cuando nos toca vivir de manera directa o indirecta el famoso enchuchamiento (caso hombres) o empingamiento (caso mujeres)?
Para empezar debemos definirlo; el enchuchamiento o empingamiento (desde ahora lo llamaremos "E o E", para que suene mejor) es el estado obcecado que una persona atraviesa al sentirse poderosamente atraída por otra, llegando a un nivel obsesivo, posesivo y autoflagelante, que lo abstrae de cualquier otro deseo positivo. Esto acarrea que aquella persona con "E o E" (¿ven?, suena mejor) sea capaz de dejar absolutamente todo (compromisos, familiares, amigos, pasiones, etc.) por pasar un simple momento "dizque" agradable con esa persona. Aunque no es requisito fundamental, lo más común es que estos casos se den entre parejas no formales, y esto conlleva a su vez que el tema de la "formalización" sea el imán atrayente que sirva de pretexto, pero que encaja perfecto en las desviadas pretenciones de ambos, ya que en el fondo ninguna de las dos partes pretende formalizar; se trata sólo de algo enfermizo que tendría que ser algo pasajero.
Sin embargo los casos más graves nos dicen que el "E o E" puede durar mucho tiempo y he ahí lo más triste. Puedes perder años de tu vida por andar pensando en esa persona, dejando de lado oportunidades realmente interesantes y repletas de enseñanzas, haciendo caso, sin querer, a un vetusto refrán: "más vale mal conocido que bien por conocer".
Pero son muchos los aspectos que resultan negativos en el balance final:
Factor "pasiones": Si antes adorabas la lectura, la escritura, la pintura, la música, el fútbol, etc. pues ahora te jorobaste. Esta persona que acabas de conocer y con la cual te acabas de obsesionar tiene en sus manos un arma más peligrosa y letal que cien bazukas o doscientos tanques de guerra, tiene un teléfono. Gracias a esa simbólica creación de la modernidad humana tú estás más que sometido (a) a sus arrebatos emocionales, y así me digas ahorita que si te llama no vas, pues es mentira, si te llama irás, eso es seguro, querrás que el tiempo sea corto, querrás bañarte en 5 minutos, echarte tu colonia más ficha, ponerte la ropa que mejor te acomode y comprar rápido unos cuantos preservativos por si a esa persona se le antoja tener sexo (sí, a pesar de llamarse "E o E", el sexo no es un resultado seguro al 100%, triste por todos lados). Cargas algo de plata en tu billetera, y si no tienes pues corres al cajero automático a ver si ya te depositaron el sueldo, o si te sobra algo de lo que gastaste. Finalmente partes a donde esa persona te diga sin pensar en las distancias, convencido de que lo tuyo es amor verdadero. ¿Dónde quedaron las pasiones?, el estuche de tu CD se quedó abierto y tu disco apenas entraba al reproductor; el libro apenas lo abriste y ya se está llenando de polvo. El cuadro que querías ver, ¿qué era?, ¿un paisaje?; oye y mañana juega el Muni, le dijiste a tu pata que irías con él, ¿te alcanzará para la entrada?, ¿tendrás físico para ir?
Factor "familia": Es un domingo por la tarde y te encuentras frente a un batallón de familiares, entre tías, tíos, abuelos, padres, hermanos, primos, mascotas, etc. Están comiendo "seco de cabrito", y la chicha morada está buenísima. De pronto suena un "ti ti, ti ti", es tu celular, un mensaje de texto ha llegado. ¿Un mensaje?, no, ¡es una orden!, buscas entonces cualquier excusa para salir disparado. Quizás podrías decir que un amigo necesita urgente unos consejos tuyos. Quizás podrías decir que te habías olvidado que tenías que hacer un trabajo para tu centro de estudios, o de repente un informe para la chamba. Quizás podrías decir que es el amor lo que llama a tu puerta y que no puedes negarle la entrada. Pero digas lo que digas, tus familiares, sobre todo los más viejos, saben perfectamente, al sólo verte el rostro de desesperación, que se trata de un "E o E". Si son discretos, sólo se mirarán y moverán las cabezas horizontalmente. Si no lo son, esperarán a que te vayas y empezarán con un descomunal raje que pondrá en apuros a tus padres o hermanos (o quizás no, hay algunos que se acoplan muy bien). Pero el hecho concreto es que dejaste a tus familiares, sin importar la frecuencia con la que los ves, bastó un simple mensajito de texto para que salieras disparado (a), sin que nadie detenga tu paso.
Factor "sexo opuesto": Esto es algo delicado y tal vez sea lo más difícil de ver para un enfermo (a) de "E o E". Porque cuando uno está en un trance obsesivo con alguien del sexo opuesto es más complicado ver que alguien te mira con otros ojos. Es más difícil detectar esa chispita que da la atracción. Es más difícil discernir entre una simple obsesión sexual y lo que podría convertirse en una relación absolutamente brillante. Estás haciendo un trabajo grupal y tu compañera de estudios trata de distender un poco el habitual estrés de los fines de semestre. Intenta conocerte más. La chica es linda, vaya que sí. Es una persona tranquila y que ha vivido algunas cosas que la han hecho muy madura para su edad. Está lista para emprender una aventura amorosa de corte serio, pero aventura al fin y al cabo. Y, ¿adivina qué?, le gustas. Es más, se muere por salir contigo. Cuando ella está a punto hacer la más directa de sus insinuaciones, vuelve a sonar tu bendito teléfono. Esta vez es una llamada:
"¿Aló?.. hola... sí... aquí en la "u"... jeje, sí... ya salgo... ¿dónde estás?... mmm... ya... ok... no, no, ya terminé... ok, ya voy... jeje, ok... okis, besos, bye..."
Ante la perdida mirada de tu compañera decides marcharte, le dices que el trabajo lo terminarán mañana temprano, que la vas a llamar. A ella no le interesa tanto el trabajo, pero bueno, creo que acabas de abandonar un barco que iba a buen destino para irte a otro que está a punto de hundirse. Además te acabas de crear una fama que hará que nadie más se te acerque, a sabiendas de lo que podría pasar. Muy mal.
Factor "amigos": El aspecto más triste de estar enfermo de "E o E" es el factor "amigos". Olvidémonos de los familiares, ellos lo serán siempre, quierás o no, quieran o no, siempre los verás. Olvidémonos de las pasiones, las puedes retomar cuando quieras, el CD no se pudrirá y el libro siempre estará ahí, obvio, le pasas un trapito y punto. Olvidémonos del sexo opuesto, el chico o la chica que choteaste pronto encontrará a alguien mucho más sosegado y seguro que tú. Serán felices ante tu absurda envidia. Pero, ¿a los amigos?, ¿quién los consuela?, ¿quién los calma?, ¿quién los aplaca?, ¿quién les explica lo que está pasando contigo?, si tú les dices que "todo está bien", que "lo tienes todo controlado", pero cuando te llaman un viernes en la noche no contestas el celular. Cuando alguno quiere hablar contigo dices que "estás muy lejos", que "no la haces". Finalmente, lo peor, ahora que existe el Facebook, el Hi-5 y otras maromas virtuales para figuretear, es fácil enterarse de lo que realmente hiciste la noche pasada. Y bueno, el resto es fácil imaginarlo. Decepción total en aquellos que pensaban que eras un amigo (a) incondicional, en aquellos que pensaban que jamás les fallarías. Bueno pues, "soy humano (a)", claro, se nota.
Factor "amigos": El aspecto más triste de estar enfermo de "E o E" es el factor "amigos". Olvidémonos de los familiares, ellos lo serán siempre, quierás o no, quieran o no, siempre los verás. Olvidémonos de las pasiones, las puedes retomar cuando quieras, el CD no se pudrirá y el libro siempre estará ahí, obvio, le pasas un trapito y punto. Olvidémonos del sexo opuesto, el chico o la chica que choteaste pronto encontrará a alguien mucho más sosegado y seguro que tú. Serán felices ante tu absurda envidia. Pero, ¿a los amigos?, ¿quién los consuela?, ¿quién los calma?, ¿quién los aplaca?, ¿quién les explica lo que está pasando contigo?, si tú les dices que "todo está bien", que "lo tienes todo controlado", pero cuando te llaman un viernes en la noche no contestas el celular. Cuando alguno quiere hablar contigo dices que "estás muy lejos", que "no la haces". Finalmente, lo peor, ahora que existe el Facebook, el Hi-5 y otras maromas virtuales para figuretear, es fácil enterarse de lo que realmente hiciste la noche pasada. Y bueno, el resto es fácil imaginarlo. Decepción total en aquellos que pensaban que eras un amigo (a) incondicional, en aquellos que pensaban que jamás les fallarías. Bueno pues, "soy humano (a)", claro, se nota.
Pero, ¿qué hacer?
Antes que todo, evitar rencores u odios; lo primero que uno dice puede ser "ve este huevón (a), se cree vivo (a), la conchesumadre", o bien puede ser "maldita sea la hora en que conoció a este huevón (a)", en alusión a la persona con la cual tu tan querido amigo (a) se ha obsesionado. Cualquiera de las dos reacciones sólo hará que nuestro, de por sí abatido, hígado se maltrate más. Lo que debemos hacer es serenarnos y pensar en los buenos ratos que pasamos con esa persona. Recordarlo como un buen partner, y hacer de él o ella una suerte de leyenda urbana con respecto a las aventuras que vivieron juntos. Es decir, quedarse con lo positivo. ¿Esto les suena a algo?, claro pues, lo que debemos hacer es darlo por "muerto". Como recordar a un difunto, o a una relación terminada. Pienso que una persona que se equivoca tiene todo el derecho a hacerlo, pero que no dañe a otros. Perfecto, me dices que no me debería afectar lo que hagas, ok, lo acepto. Por eso pienso que los amigos debemos darnos nuestro lugar, y dejar de lado a esta oveja perdida. Todo esto en el supuesto caso de que ya hayan habido conversaciones directas, con la intención de sacarlo del trance. Si ya intentamos por todos los medios salvar al amigo (a) perdido (a), pues lo demás dependerá de él o ella. Sigamos chupando, ya no lo llamemos, si nos necesita al menos aquí estaré yo, pero, ¿llamarlo?, ¡nakever!
La verdad duele, pero es una sola: lo que saca a alguien terco del abismo, es impulsarse desde el fondo.
Los "E o E" son muy frecuentes hoy en día, cuando la autoestima es cada vez más baja y los compromisos cada vez más escasos. Hoy por hoy cada uno ve las cosas según su conveniencia, así que ya no es nada raro ver estos casos; se dice que se trata del famoso poder... (no sé si sepan qué sigue), pero yo creo que es más que eso, es una especie de adicción, hacia personas que te hacen "sentir importante", o quizás no tanto, pero que por alguna razón hacen que perdamos los estribos por sólo un par de minutos a su lado. Si tú que estás leyendo te encuentras en una situación así y crees que es amor, estás equivocado. Ese amor obsesivo del que hablan las canciones (sobre todo el reaggeton y las bachatas, por eso no es mi onda) simplemente no es amor, es sólo un bosquejo de amor, una maqueta, algo trivial, un "amor comercial", hecho sólo con la intención de vender, pero sin enseñar.
Aún así, creo que sería injusto juzgar a esas personas, simplemente se debe actuar, no juzgar, evitar rajes, evitar críticas, comprender, actuar, darse su lugar. Creo que esa es la clave. Cuando se sepa lo que se perdió y se reaccione a tiempo, entonces la salvación estará consumada. Por mientras, cada loco con su tema, y a vivir se ha dicho.
Excelente como siempre Marcos! Ya entendí de que se trataba u.u Y tienes mucha razón, tratar a esa gente como difuntos es lo mejor je je, esa parte me encantó :D
ResponderEliminarJeje, gracias Giu, creo que no queda otra opción, duele "matar" a alguien, pero hay que ser "asesinos" cuando se trata de defender nuestro amor propio jeje, un abrazo y buena estrella =)
ResponderEliminarNo te equivocas para nada, cuando dices que esto no hay que juzgarlo. Hay que comprenderlo porque efectivamente los "EoE" son pura adicción, pura obsesión. Pero creo que es bueno vivir la experiencia para saber cuando una relación es sana, sin control ni manupulación.
ResponderEliminarSiempre es bueno vivir, eso es muy cierto, es mejor aprender las cosas en carne propia que por experiencias contadas. Aunque de hecho duele más jeje, un abrazo.
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