sábado, 22 de mayo de 2010

¡Uy, chucha!, se me acabó la plata

¿Y, ahora?, ¿quién podrá defenderme?

Cuando renuncié hace unos meses a mi último trabajo la suerte parecía sonreírme, una excelente oportunidad se presentó y los planes llovían. No conforme con eso la vida (siempre sabia) fue de lo más benévola conmigo, me dio una buena liquidación y unas utilidades nada despreciables. Entonces pensé "NADA ME VA A PARAR", confiado en que ese dinero me duraría hasta encontrar una nueva chamba. Sin embargo me volvieron a jugar una mala broma y ahora que veo mi billetera pues sólo encuentro mi DNI, los pasajes de las combis, la imagen del Señor de Los Milagros,  y una que otra boleta de pago de uno que otro viaje. ¿Y los billetes?, recordé que, después de cerrar todas mis cuentas bancarias, puse el dinero en un escondite no muy auspicioso, pero que se asolapaba bien dentro del natural desorden de mi habitación.

De manera inmediata procedí a buscar esos billetes en aquel lugar, encontrándome con la más pegajosa tela de araña y harto polvo. Mis billetes no estaban; entonces empecé a pensar si es que a alguien le había prestado plata en alguna borrachera. Me acordé de los Pornostar, pero luego mi memoria me hizo dar cuenta de que uno de ellos (el que más me debía) ya me había pagado la deuda. Quedaba el otro, quien tiene hace rato el rótulo de "no habido", ya que no sé nada de él desde el partido de Alianza Lima contra Estudiantes en Argentina. O sea ...

Luego de quedarme cerca de 25 minutos estacionado, parado en medio de mi cuarto, pensando si era cierto lo que estaba viviendo o si se trataba de una horrenda pesadilla, volví a entrar en razón, y entonces me declaré oficialmente MISIO. Entonces como por arte de magia me llama un amigo al que parte de los asiduos lectores de este blog conocen (la pista: su nueva chapa es Charlie Harper andino). Su llamada casi siempre arriva a mi celular los viernes por la noche, a veces los sábados o en casos extremos llega un jueves. Pero en ese momento no me importaba el día que fuera, le tuve que decir: "No brother, estoy misio..."

La sorpresa se apoderó de Harper, quien utilizó un recurso típico de tiempos universitarios: "puta osito, ya saldrá una chanchita por ahí, o sino un claus" (con eso ya sacaron de quién se trata, ¿no?). Pero yo sentí que no se trataba de abusar de la bondad de algunos amigos quienes, en un gran gesto de amistad, pueden ser tan capaces de ponerme aquellos 12 solcitos que me faltan para la chela. Se trataba de respetar mi estado, ok, estoy misio, tengo que aceptarlo, sabía que este momento volvería, una pena que sea en vísperas de salidas jugosas, de partidos candentes, de películas espectaculares. Una pena que sea ahora, cuando más me provoca aquel toasted twister que antes me empujaba sin piedad a cada salida del trabajo.

Sería hipócrita de mi parte decirles que extraño trabajar. Estos tres meses para mí han sido fenomenales, sin ninguna responsabilidad y sin que me falte la plata. Pero ahora es distinto, ahora sí me hace falta la plata, ahora sí me siento una lacra, ahora sí me ofende cuando hay gente que me dice "vago" en el Facebook o por el MSN, ahora sí siento que es en serio, me cago de la risa al principio pero luego reflexiono. Y es que de verdad es desesperante saber que para tener plata hay que trabajar... POR QUÉ!??? si alguien hubiese perfeccionado el comunismo todo sería tan distinto! Imagínense, en este mismo momento hay un gran tributo a mi más grande ídolo, y no puedo ir porque no tengo ni para la entrada... Ok, ya fue suficiente. Esta tarde tuve una entrevista de chamba, aparentemente estoy a punto de regresar a la Matrix, sin embargo esta vez no me quedará de otra que comenzar a ver el vaso medio lleno. Es decir, sacar lo positivo del asunto. Si antes pensaba que ofrecer un préstamo era ROBAR, ahora debo pensar que ofrecer un préstamo es UNA OPORTUNIDAD DE CRECIMIENTO. Tan simple como eso, la pregunta es, ¿podré creerme el cuento cuando ya estoy tan convencido de que las cosas no son así?

Lo que sí prometo con entereza es que, de regresar a la Matrix, seré un enemigo disfrazado de amigo, y si veo una oportunidad de préstamo a alguien que tiene cara de "NO VOY A PODER PAGAR DESPUÉS" (vale decir, una cara parecida a la mía), pues a hurtadillas le diré "tío, no seas gil, mejor ahorra...", creo que eso me ayudará a sentirme un poco mejor, y esperar con mejor cara la quincena. Igual, a mis amigos, gracias por ponerme el trago. A ti Pecoso, gracias por pagarme el viaje a Huacho, en unas horas más nos vamos, ¡qué emoción!, lo que tú no sabes es que me vas a poner todo, el desayuno, el almuerzo, la cena, y por supuesto las entradas para el Segundo Aranda Torres, donde jugará nuestro amado equipo.

Si te has enterado por esta vía de mis maquiavélicos planes, dame una llamada y te explico todo. En esta vida a veces hay que tener un poco de concha, ¿o no?

jueves, 13 de mayo de 2010

Entre Marte y Venus (Parte VII) - Enchuchamiento y Empingamiento

El famoso poder ...

Esta es una descripción, o quizás una conchuda crítica, de un mal que a todos alguna vez nos toca afrontar. Sí, y digo "mal" porque una vez que despiertas del letargo te das cuenta que lo único que ocasionó esa obesesión, es alejarte de las personas que más te quieren y de las cosas que más te llenan, dándote esa horrenda sensación de "tiempo perdido" que irrumpe de manera despiadada tu hasta entonces absoluta seguridad de que lo que estabas haciendo era "lo justo". Señores, ¿qué hacer cuando nos toca vivir de manera directa o indirecta el famoso enchuchamiento (caso hombres) o empingamiento (caso mujeres)?

Para empezar debemos definirlo; el enchuchamiento o empingamiento (desde ahora lo llamaremos "E o E", para que suene mejor) es el estado obcecado que una persona atraviesa al sentirse poderosamente atraída por otra, llegando a un nivel obsesivo, posesivo y autoflagelante, que lo abstrae de cualquier otro deseo positivo. Esto acarrea que aquella persona con "E o E" (¿ven?, suena mejor) sea capaz de dejar absolutamente todo (compromisos, familiares, amigos, pasiones, etc.) por pasar un simple momento "dizque" agradable con esa persona. Aunque no es requisito fundamental, lo más común es que estos casos se den entre parejas no formales, y esto conlleva a su vez que el tema de la "formalización" sea el imán atrayente que sirva de pretexto, pero que encaja perfecto en las desviadas pretenciones de ambos, ya que en el fondo ninguna de las dos partes pretende formalizar; se trata sólo de algo enfermizo que tendría que ser algo pasajero.

Sin embargo los casos más graves nos dicen que el "E o E" puede durar mucho tiempo y he ahí lo más triste. Puedes perder años de tu vida por andar pensando en esa persona, dejando de lado oportunidades realmente interesantes y repletas de enseñanzas, haciendo caso, sin querer, a un vetusto refrán: "más vale mal conocido que bien por conocer".

Pero son muchos los aspectos que resultan negativos en el balance final:

Factor "pasiones": Si antes adorabas la lectura, la escritura, la pintura, la música, el fútbol, etc. pues ahora te jorobaste. Esta persona que acabas de conocer y con la cual te acabas de obsesionar tiene en sus manos un arma más peligrosa y letal que cien bazukas o doscientos tanques de guerra, tiene un teléfono. Gracias a esa simbólica creación de la modernidad humana tú estás más que sometido (a) a sus arrebatos emocionales, y así me digas ahorita que si te llama no vas, pues es mentira, si te llama irás, eso es seguro, querrás que el tiempo sea corto, querrás bañarte en 5 minutos, echarte tu colonia más ficha, ponerte la ropa que mejor te acomode y comprar rápido unos cuantos preservativos por si a esa persona se le antoja tener sexo (sí, a pesar de llamarse "E o E", el sexo no es un resultado seguro al 100%, triste por todos lados). Cargas algo de plata en tu billetera, y si no tienes pues corres al cajero automático a ver si ya te depositaron el sueldo, o si te sobra algo de lo que gastaste. Finalmente partes a donde esa persona te diga sin pensar en las distancias, convencido de que lo tuyo es amor verdadero. ¿Dónde quedaron las pasiones?, el estuche de tu CD se quedó abierto y tu disco apenas entraba al reproductor; el libro apenas lo abriste y ya se está llenando de polvo. El cuadro que querías ver, ¿qué era?, ¿un paisaje?; oye y mañana juega el Muni, le dijiste a tu pata que irías con él, ¿te alcanzará para la entrada?, ¿tendrás físico para ir?

Factor "familia": Es un domingo por la tarde y te encuentras frente a un batallón de familiares, entre tías, tíos, abuelos, padres, hermanos, primos, mascotas, etc. Están comiendo "seco de cabrito", y la chicha morada está buenísima. De pronto suena un "ti ti, ti ti", es tu celular, un mensaje de texto ha llegado. ¿Un mensaje?, no, ¡es una orden!, buscas entonces cualquier excusa para salir disparado. Quizás podrías decir que un amigo necesita urgente unos consejos tuyos. Quizás podrías decir que te habías olvidado que tenías que hacer un trabajo para tu centro de estudios, o de repente un informe para la chamba. Quizás podrías decir que es el amor lo que llama a tu puerta y que no puedes negarle la entrada. Pero digas lo que digas, tus familiares, sobre todo los más viejos, saben perfectamente, al sólo verte el rostro de desesperación, que se trata de un "E o E". Si son discretos, sólo se mirarán y moverán las cabezas horizontalmente. Si no lo son, esperarán a que te vayas y empezarán con un descomunal raje que pondrá en apuros a tus padres o hermanos (o quizás no, hay algunos que se acoplan muy bien). Pero el hecho concreto es que dejaste a tus familiares, sin importar la frecuencia con la que los ves, bastó un simple mensajito de texto para que salieras disparado (a), sin que nadie detenga tu paso.

Factor "sexo opuesto": Esto es algo delicado y tal vez sea lo más difícil de ver para un enfermo (a) de "E o E". Porque cuando uno está en un trance obsesivo con alguien del sexo opuesto es más complicado ver que alguien te mira con otros ojos. Es más difícil detectar esa chispita que da la atracción. Es más difícil discernir entre una simple obsesión sexual y lo que podría convertirse en una relación absolutamente brillante. Estás haciendo un trabajo grupal y tu compañera de estudios trata de distender un poco el habitual estrés de los fines de semestre. Intenta conocerte más. La chica es linda, vaya que sí. Es una persona tranquila y que ha vivido algunas cosas que la han hecho muy madura para su edad. Está lista para emprender una aventura amorosa de corte serio, pero aventura al fin y al cabo. Y, ¿adivina qué?, le gustas. Es más, se muere por salir contigo. Cuando ella está a punto hacer la más directa de sus insinuaciones, vuelve a sonar tu bendito teléfono. Esta vez es una llamada:

"¿Aló?.. hola... sí... aquí en la "u"... jeje, sí... ya salgo... ¿dónde estás?... mmm... ya... ok... no, no, ya terminé... ok, ya voy... jeje, ok... okis, besos, bye..."

Ante la perdida mirada de tu compañera decides marcharte, le dices que el trabajo lo terminarán mañana temprano, que la vas a llamar. A ella no le interesa tanto el trabajo, pero bueno, creo que acabas de abandonar un barco que iba a buen destino para irte a otro que está a punto de hundirse. Además te acabas de crear una fama que hará que nadie más se te acerque, a sabiendas de lo que podría pasar. Muy mal.

Factor "amigos": El aspecto más triste de estar enfermo de "E o E" es el factor "amigos". Olvidémonos de los familiares, ellos lo serán siempre, quierás o no, quieran o no, siempre los verás. Olvidémonos de las pasiones, las puedes retomar cuando quieras, el CD no se pudrirá y el libro siempre estará ahí, obvio, le pasas un trapito y punto. Olvidémonos del sexo opuesto, el chico o la chica que choteaste pronto encontrará a alguien mucho más sosegado y seguro que tú. Serán felices ante tu absurda envidia. Pero, ¿a los amigos?, ¿quién los consuela?, ¿quién los calma?, ¿quién los aplaca?, ¿quién les explica lo que está pasando contigo?, si tú les dices que "todo está bien", que "lo tienes todo controlado", pero cuando te llaman un viernes en la noche no contestas el celular. Cuando alguno quiere hablar contigo dices que "estás muy lejos", que "no la haces". Finalmente, lo peor, ahora que existe el Facebook, el Hi-5 y otras maromas virtuales para figuretear, es fácil enterarse de lo que realmente hiciste la noche pasada. Y bueno, el resto es fácil imaginarlo. Decepción total en aquellos que pensaban que eras un amigo (a) incondicional, en aquellos que pensaban que jamás les fallarías. Bueno pues, "soy humano (a)", claro, se nota.

Pero, ¿qué hacer?

Antes que todo, evitar rencores u odios; lo primero que uno dice puede ser "ve este huevón (a), se cree vivo (a), la conchesumadre", o bien puede ser "maldita sea la hora en que conoció a este huevón (a)", en alusión a la persona con la cual tu tan querido amigo (a) se ha obsesionado. Cualquiera de las dos reacciones sólo hará que nuestro, de por sí abatido, hígado se maltrate más. Lo que debemos hacer es serenarnos y pensar en los buenos ratos que pasamos con esa persona. Recordarlo como un buen partner, y hacer de él o ella una suerte de leyenda urbana con respecto a las aventuras que vivieron juntos. Es decir, quedarse con lo positivo. ¿Esto les suena a algo?, claro pues, lo que debemos hacer es darlo por "muerto". Como recordar a un difunto, o a una relación terminada. Pienso que una persona que se equivoca tiene todo el derecho a hacerlo, pero que no dañe a otros. Perfecto, me dices que no me debería afectar lo que hagas, ok, lo acepto. Por eso pienso que los amigos debemos darnos nuestro lugar, y dejar de lado a esta oveja perdida. Todo esto en el supuesto caso de que ya hayan habido conversaciones directas, con la intención de sacarlo del trance. Si ya intentamos por todos los medios salvar al amigo (a) perdido (a), pues lo demás dependerá de él o ella. Sigamos chupando, ya no lo llamemos, si nos necesita al menos aquí estaré yo, pero, ¿llamarlo?, ¡nakever!

La verdad duele, pero es una sola: lo que saca a alguien terco del abismo, es impulsarse desde el fondo.

Los "E o E" son muy frecuentes hoy en día, cuando la autoestima es cada vez más baja y los compromisos cada vez más escasos. Hoy por hoy cada uno ve las cosas según su conveniencia, así que ya no es nada raro ver estos casos; se dice que se trata del famoso poder... (no sé si sepan qué sigue), pero yo creo que es más que eso, es una especie de adicción, hacia personas que te hacen "sentir importante", o quizás no tanto, pero que por alguna razón hacen que perdamos los estribos por sólo un par de minutos a su lado. Si tú que estás leyendo te encuentras en una situación así y crees que es amor, estás equivocado. Ese amor obsesivo del que hablan las canciones (sobre todo el reaggeton y las bachatas, por eso no es mi onda) simplemente no es amor, es sólo un bosquejo de amor, una maqueta, algo trivial, un "amor comercial", hecho sólo con la intención de vender, pero sin enseñar.

Aún así, creo que sería injusto juzgar a esas personas, simplemente se debe actuar, no juzgar, evitar rajes, evitar críticas, comprender, actuar, darse su lugar. Creo que esa es la clave. Cuando se sepa lo que se perdió y se reaccione a tiempo, entonces la salvación estará consumada. Por mientras, cada loco con su tema, y a vivir se ha dicho.

sábado, 8 de mayo de 2010

Porque sólo hay una

Mamá, dos veces

Cargaste mi abominable peso tanto tiempo, y no sólo hablo del físico. Soy un tipo jodido y tuve etapas muy complicadas, bien asolapadas por mi aparente seguridad. Pero sólo tú y yo sabemos que sin ti no hubiera sido nada.

Cambiaste mis pañales, seguro apestaban a diablos. Pero increiblemente lo hacías con amor, tocabas cosas que de seguro hoy no tocarías con un afecto único, hacías cosas que cansaban.

Lavaste mis sucias ropas tantos años. Recuerdo que alguna vez intenté lavar un polo y a los cinco minutos mi espalda me mataba. Tú te pasabas horas de horas en el lavatorio. Veía tu espalda y pensaba "es su obligación", qué equivocado estuve.

Cocinaste tus más ricas obras culinarias, aquellas que para mí superan las de cualquier chef con renombre. Tu 'arroz a la cubana', tus tallarines, tu 'arroz con pollo', tu 'pescado frito con ensalada rusa' y por supuesto lo que más me gustaba, tu suculento 'arroz tapado'. De vez en cuando criticaba tu arroz, porque lo sentía muy seco.

Sufriste en carne propia todo lo que yo sufrí; pero yo siempre ignorante de todo vivía mi vida sin sospechar que siempre estuviste ahí, al tanto. Cuando me enteré traté de repelerte, "no te metas" de seguro te decía. Tú te amargabas y yo me largaba.

Fuiste víctima de mis propios errores y de mis inseguridades. Querías que te complaciera, pero no pude, no soy como tú quieres. Soy diferente, y me siento mal por haberte hecho creer con insignificantes logros que sería el mejor hijo para ti. Ahora me siento bien, ¿y tú?

Nunca sabré lo que es ser madre, y no sé si algún día seré padre. Hace poco lo vi tan cercano y ahora es sólo una lejana luz en el horizonte. ¿Qué tal la experiencia?, cuéntame. No sé si te sientas bien con lo que lograste.

Hoy puedo decir que no tengo nada. No te di un título. No tengo propiedades. Casi llego a los 30 y mírame, sólo sé pegarme al computador y escribir, escribir sin parar. No sé qué será de mi vida en los próximos días, no sé si lograré cumplir mis sueños. Todo será una inmensa 'caja de Pandora'. Pero de lo que sí estoy seguro es de que te amo con todas mis fuerzas. Sé que me amas, nadie haría todo lo que has hecho por mí sólo por 'lazos familiares'. Aquí hay amor.

Hoy eres mamá dos veces, porque tu hija te acaba de regalar una nieta. Ser abuela es ser doblemente mamá, eso no quiere decir que volverás a hacer todo de nuevo, tranquila, eso ya pasó. Hoy tus hijos al menos ya sabemos cruzar solos la pista. Valerita llegó para alegrarte, y créeme, no tiene ni idea de la abuela que la espera. Una persona abnegada y admirable; y además ávida de enseñar. Vaya que puedes, yo aún no. Ojala algún día pueda enseñarle algo a alguien.

Este es mi estilo de escribir, digamos, sentimentalmente, ¿te gusta?, a mí no tanto, he visto gente que escribe cosas como para llorar, en la misma internet hay postales con mensajes más bonitos y emocionantes. Esta es la manera como te doy un homenaje. Es lo único que puedo hacer ahora, usar este espacio habitualmente de experiencias vanas que recorren mi longevidad, sólo para decirte lo que siento. Ya que no puedo hacerlo hablando, pues aquí me tienes, nuevamente frente a la computadora.

Espero que sea un domingo distinto; tengo el presentimiento de que no sólo comeremos un buen desayuno, también comeremos un rico almuerzo, decansaremos en la tarde. Quizás vea el partido de Alianza, juega en Cusco. Sé que estás harta de mi fanatismo, te entiendo. Me ha dado fuerte. Pero, ¿qué se hace?, quieras o no eres madre blanquiazul, aunque seas hincha de Cristal. Pava, je. En la noche te abrazaré fuerte, como hago cada vez que puedo, hasta que dices "suéltame", ja! nunca te ha gustado que te abracen así, pero créeme, eres altamente "abrazable"; por ahí me dijeron algo así a mí también... ya sabemos de quién lo heredé.

Pásala de la puta madre y no te enojes por mis lisuras, menos porque siendo día de la madre digo "puta madre", ja! no es casualidad, hoy todo gira en torno a ti, porque es un día al año, ¿no?, y aunque yo piense que son hipócritas los que dicen que "día de la madre debería ser todo el año" (porque simplemente no lo cumplirían, ¿o sí?) yo creo que aumentarte de 1 a 5 estaría bien. Cinco domingos anuales deberíamos ir a comer algo especial. Quizás al chifa que tanto te gusta. Quizás una lasaña. O ir a Matute (bromeo, sé que no te gusta ja!). O lo que sea para que te sientas realmente bien.

Para demostrarte que aunque no soy el mejor hijo, soy conciente de que tengo la mejor madre.