martes, 14 de febrero de 2012

Social San Valentín

Entre la soledad, la farsa y la hipocresía

Es increíble cómo somos los humanos. Nos ponen algo llamado "red social", aquel invento que satisfizo nuestra necesidad eterna de hurgar en las vidas de los demás, y lo primero que hacemos cada vez que podemos, es, o hacernos los duros, o querer dar pena a toda costa con tal de que alguien se interese en nosotros. O quizás ambas cosas.

El día de San Valentín es la excusa perfecta para decirle a todo el mundo:

1) LO BIEN QUE TE VA CON TU ENAMORADO (A) A PESAR DE LO MAL QUE TE VA REALMENTE.

2) LO FELIZ QUE ESTÁS ESTANDO SOLTERO (A) CUANDO EN REALIDAD TE PUDRES EN TELARAÑAS.

3) LO TRISTE QUE ESTÁS AL SABER QUE HOY, AL IGUAL QUE TANTOS OTROS AÑOS, NI IRÁS A UN HOTEL, NI RECIBIRÁS CARIÑO GRATUITO.

¿Tan difícil es admitir la verdad?, la mía es la siguiente (y no por eso la publicaré en el Facebook o Twitter), y para eso citaré una frase del gran Fito Páez: "Estoy tranquilo pero herido". A nadie le gusta estar solo, ¡carajo!, ¡¿por qué no lo aceptan?!, sin embargo se puede llevar la fiesta en paz estando solo. No diré más.

Pásenla de la puta madre en este día, lo mismo les deseé ayer y lo mismo les desearé mañana. Este es un día más, sólo pásenla bien, existen mil maneras de hacerlo, pero para eso tienen que empezar por aceptar la verdad.

Yo ya acepté la mía, ¿cuál es la tuya?

Dedicado para todos los que se han encargado de la logística virtual, llamando a la soledad más autocompasiva, creado imágenes alusivas a matar a Cupido, así como también para aquellos que, hipócritamente, cuelgan sus fotitos de supuesta felicidad en cualquiera de los casos que escribí líneas arriba. Muchachos, supérenlo.

sábado, 4 de febrero de 2012

Te recuerdo, Yiyi

Cuando hay algún problema serio, de esos que al final terminan separando parejas, rompiendo ilusiones, desechando promesas y eliminando toda proyección; buscamos reducir nuestro grado de culpa. Si de nosotros dependiera, reduciríamos ese grado a "0", dejando toda la responsabilidad a la otra persona, contándole a tus amigos y familia la parte de la historia en la que "ella la cagó", y resumiendo lo más breve posible aquella estrofa que cante tu peso ponderado, dando como resultado el promedio del final.

Hoy amanecí extrañando a una persona que me hundió sentimentalmente hace varios años. Me despertó la sensación de haber soñado gran parte de la noche con ella, y es raro. Suelo ser muy frío y aislante con ese tipo de personas. Pero quizás sea ese cargo de conciencia lo que me instiga a recordarla, y finalmente escribir sobre el asunto, por más pueril que pueda parecer, considerando lo que soy hoy en día, o al menos la imagen que (sin querer - o tal vez queriendo un poquito) podría proyectar.

Todo esto me lleva a preguntarme si eso de que "por amor no se lucha", idea que tengo clavada en la mente desde que tengo uso de razón, es del todo cierta.

¿Y si hubiera luchado?, ¿y si hubiera ido a su casa aquel día, a decirle que la amaba, que se calme, que lo piense bien y que a la vez no lo piense tanto, que estaba dispuesto a superar el puente roto y a construirle uno nuevo, para que pase sin apuros?

No escribiré todo el rollo que fue nuestra corta pero exultante relación. Sólo diré que daría todo por volverla a ver, por que me vuelva a ver, con esos ojos tan bellos, destructivos. Volver a ver esos labios divinamente gruesos, moviéndose mientras escucho cualquier palabra suya, así sean palabras que en realidad no quisiera escuchar. No sé cuánto dure este deseo, quizás sólo se trate de un fuerte efecto post-onírico emocional. 

Pero lo único concreto, y si estás leyendo esto, lo sabrás, es que te recuerdo, Yiyi, aún te recuerdo.